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Opinión

Turismo itinerante y nómadas digitales europeos: una nueva oportunidad para el territorio valenciano

El cámping de KikoPark ubicado en la playa de Oliva.

El cámping de KikoPark ubicado en la playa de Oliva. / Levante-EMV

Durante décadas, la Comunitat Valenciana ha sido referencia internacional por su modelo turístico de sol y playa. Un modelo que ha vertebrado nuestra economía, generado empleo, proyectado nuestra imagen al mundo y convertido el litoral valenciano en símbolo de bienestar y hospitalidad.

Sin embargo, los tiempos cambian. El viajero del siglo XXI, más libre, más consciente y más tecnológico, está transformando la forma de entender el turismo. Las nuevas generaciones, desde las ya consolidadas cohortes millennial hasta las emergentes generaciones zeta, no solo buscan disfrutar del destino, sino también experimentar el territorio desde una perspectiva más responsable, sostenible y cercana a la naturaleza.

Este cambio de paradigma abre una gran oportunidad para la Comunitat Valenciana, la de redefinir su liderazgo turístico incorporando un nuevo eje de desarrollo, el del turismo itinerante. Autocaravanas, cámperes, caravanas o campings de nueva generación ya no son sinónimos de improvisación o turismo estacional, sino de un modelo que combina libertad, sostenibilidad y calidad. Un modelo que puede y debe convivir con el tradicional sol y playa, para que extienda su actividad durante los 365 días del año y, sobre todo, para conectar el litoral con el interior.

El territorio valenciano ofrece una diversidad geográfica, climática y cultural envidiable. Desde las sierras del interior hasta las costas del Mediterráneo, pocas comunidades reúnen tal abanico de paisajes y recursos. Sin embargo, esta potencialidad sigue esperando una estrategia de conjunto, una planificación territorial que armonice el turismo con el territorio, que contemple la creación de áreas específicas para el turismo itinerante, diseñadas desde criterios de libertad, sostenibilidad, responsabilidad y respeto medioambiental.

No se trata solo de habilitar espacios para autocaravanas o campings, sino de concebir infraestructuras de ingeniería al servicio del territorio y las personas. Espacios integrados en su entorno, con gestión inteligente del agua, energías renovables, paisajismo, movilidad interior sostenible y automatización tecnológica. Proyectos pensados para que el visitante disfrute del entorno natural sin comprometerlo, y para que los municipios del interior encuentren nuevas vías de dinamización económica y social.

Además, emerge un nuevo perfil de visitante que está transformando el mapa turístico europeo: los trabajadores nómadas, emprendedores digitales y profesionales independientes que buscan destinos cálidos y conectados donde poder vivir y trabajar durante los meses de otoño e invierno. Son ciudadanos europeos, incluso de Estados Unidos, miembros de startups o pequeñas empresas, que viajan con su ordenador portátil y su teléfono como únicas oficinas. Encuentran en la Comunitat Valenciana el clima, la conectividad y la calidad de vida que necesitan, pero todavía no siempre las infraestructuras adecuadas para su modo de vida itinerante.

Este turismo ejecutivo, que fusiona viaje y productividad, requiere espacios de pernocta modernos, con servicios digitales, energías limpias y entornos naturales integrados. En definitiva, una red de áreas y campings inteligentes capaces de ofrecer calidad y conectividad en cualquier punto del territorio.

Europa ya ha entendido esta tendencia. Del otro lado de la Jonquera, el turismo itinerante es una realidad consolidada, con áreas de servicio conectadas, campings automatizados, espacios que combinan tecnología, sostenibilidad y bienestar. Mientras tanto, nosotros seguimos siendo líderes en sol y playa, pero aún no hemos trasladado esa excelencia a este nuevo ámbito que podría prolongar nuestra temporada turística y atraer talento durante todo el año.

¿Por qué no hacerlo también aquí? Si fuimos pioneros en el turismo de sol y playa, podemos serlo ahora en el turismo itinerante de calidad, aprovechar nuestra climatología, nuestra capacidad tecnológica y la calidad humana de nuestro territorio.

Para ello, se requiere voluntad política, visión territorial y capacidad técnica. Porque transformar el territorio con equilibrio y sentido requiere planificación, ingeniería integral y consenso. Hace falta colaboración entre administraciones, profesionales de la ingeniería y ciudadanía para definir un marco común que favorezca la inversión, proteja el entorno y garantice la calidad de la experiencia turística.

El turismo itinerante no es, pues, una amenaza para el modelo existente, sino su evolución natural hacia un turismo más sostenible, descentralizado y distribuido. Una forma de extender la temporada, redistribuir riqueza y fortalecer la cohesión territorial entre litoral e interior.

La Comunitat Valenciana dispone del talento, el conocimiento y la tecnología necesarios para liderar este nuevo ciclo. El futuro del turismo valenciano no pasa solo por mantener lo que ya funciona, sino por atreverse a imaginar lo que aún no existe y hacerlo posible, con la ayuda de la ingeniería.

Se trata de evolucionar de un modelo turístico consolidado a otro más inteligente, más humano y más libre. Y donde la Comunitat Valenciana, una vez más, vuelva a ser referente.

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