Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión

Del techo de cristal al suelo fangoso

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant.

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. / EP

No conozco personalmente a la Ministra de Ciencia, Innovación y Universidades pero, como cualquier lector habitual de prensa, tengo suficiente información sobre su trayectoria pública para que me resulte conceptualmente incongruente el título de un artículo publicado el pasado lunes en este mismo medio por Josep María Felip (El techo de cristal de Diana Morant).

Desde que la feminista americana Marlyn Loden la formulara por primera vez en 1978, la expresión “techo de cristal” se ha utilizado para referirse a las barreras invisibles pero reales que impiden a las mujeres alcanzar posiciones de liderazgo en las organizaciones privadas o públicas.

Se trata de una metáfora que se ha incorporado desde entonces al universo teórico y operativo de los estudios de género que investigan y, en su caso, denuncian, las dificultades estructurales y culturales que han provocado tradicionalmente la segregación educativa, ocupacional e institucional de la mitad de la población y que sólo las políticas sociales progresistas contribuyen a superar.

Aunque el autor lo utiliza para hacer una “lectura intencionada” (…muy intencionada!) de la última encuesta de opinión política, asociar el nombre de la ministra con dicho concepto sociológico resulta insostenible por cuanto Diana Morant constituye un caso paradigmático de ruptura y superación de los techos de cristal de carácter tanto socipeconómico (nieta de un criado analfabeto y primera universitaria de su familia) como académico (ingeniera de telecomunicación, una carrera mayoritariamente masculina), político (primera secretaria general del PSOE valenciano) e institucional (Ministra en un área tecnológica clave).

Lejos de reconocer dicha realidad, el señor Felip se permite incluso deslizar calificativos despectivos y suavemente machistas para con la Ministra (cacau fallit, estilo indi), a la que acusa de desconexión con su electorado y de impulsar una campaña de desprestigio contra el Presidente del Consell, que lleva un año desprestigiándose sólo, como acredita la misma encuesta que comenta, según la cual el 82% de los valencianos reclama la dimisión de un Mazón enredado en sus mentiras e incompetencia desde que la dana inundó de fango nuestros pueblos.

Y es que si de metáforas hablamos, la del techo de cristal (glass ceiling) tiene su contrapunto en la del “suelo pegajoso” (sticky floor) referida a las dificultades de las personas y grupos sociales más vulnerables para escapar de las constricciones estructurales (…y naturales!) de la precariedad y la desigualdad. También aquí son las políticas de orientación socialdemócrata las que han contribuido históricamente a impulsar el ascensor social a través de la educación pública, la igualdad de derechos y el escudo protector frente a las adversidades, desde los ERTEs durante el covid a las recientes ayudas a los afectados por la dana.

Se trata de procesos que no puede ignorar un fino analista como el señor Felip, que cuenta con una larga y mutante trayectoria de cooperación militante que va desde la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) al Partido Popular (PP), pasando por todo lo demás.

Son, en definitiva, políticas sociales radicalmente diferentes a las tramas corruptas, de las que el señor Felip podría también ilustrarnos con detalle, que hace ahora 15 años dejaron atrapados en el más pegajoso suelo de la miseria a miles de ciudadanos pobres de Haití y Nicaragua, afectados allí por terremotos y catástrofes, mientras se esfumaban aquí unos cuantos millones de euros a ellos destinados, en el marco de una supuesta campaña de “cooperación” gestionada por la Generalitat Valenciana cuando él era Director General en los tiempos oscuros del camarada Blasco y el iluminado Camps.

Tracking Pixel Contents