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Opinión | Traspapelado

València

¿València, tercera o cuarta capital cultural?

Rincón de la Casa Museo Benlliure.

Rincón de la Casa Museo Benlliure. / ABEL CATALA

El otro día me dejó un gestor cultural con un ataque de insomnio. El resumen, vino a decir, es que la tercera ciudad en España por demografía y economía es la cuarta culturalmente. “Málaga nos ha adelantado”. La pujanza de la ciudad del sur es tan real que los problemas con el turismo y la vivienda allí son los propios de urbes hiperdesarrolladas y gentrificadas, pero ¿tanto como para superar a una ciudad que tiene 250.000 habitantes más? Como el sueño se había fugado, hice lo que se hace en estos tiempos. Recurrir a la inteligencia artificial. Mi pregunta fue: ¿es València la tercera ciudad en cultura en España? Y la sabiduría virtual -mi mejor amiga le llama Gustavo de tanto que dialoga con ella (o con él)- contestó que sí, “tanto por su riqueza patrimonial y artística como por su actividad cultural y de eventos”. Como uno es de natural suspicaz y ya estaba desvelado, formulé la misma pregunta cambiando València por Málaga. Y pasó lo que temía. Que también, que Málaga “es reconocida como la tercera ciudad española en oferta cultural según el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea” en función de “la calidad e innovación de su oferta”. Así que me fui a las publicaciones sobre el citado informe y lo que este dice es que en el tercer puesto hay un empate entre Málaga y València, y ya por detrás estaría Bilbao y luego, Sevilla.

Así pues, estaba como al principio, sin sueño y obligado a echar mano de mi criterio. Obligado a pensar (un poco).

¿Qué tiene Málaga de diferencial? Una oferta museística de nivel en un corto espacio de metros (los centros Picasso, Thyssen, Pompidou y un remozado Museo de Bellas Artes), el Teatro del Soho de Antonio Banderas y un festival de cine consolidado, con marca y criterio. ¿Suficiente? Importante, pero tengo mis dudas.

València puede poner en su balanza un teatro de ópera y auditorios de música clásica de primer nivel, lo que representan los otros escenarios de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (aunque juegan casi más en el apartado turístico que en el cultural), ahora el Roig Arena como parada de grandes giras musicales, una red de museos sólida y aceptable (aunque dispersa y descoordinada) y, sobre todo, una agitación artística, musical y escénica independiente y alternativa normalmente subterránea que es el caldo en el que bulle una buena cultura.

¿Falta? Claro que falta. Falta una mayor atención y difusión de museos y proyectos pequeños, que son los que dan vida y que casi pasan desapercibidos. Pienso en la Casa-Museo Benlliure, gran olvidada. O en el Museo del Patriarca, con pequeñas joyas que sorprenden. Falta atención a acontecimientos. ¿Alguien se ha percatado de que celebramos los 150 años del nacimiento de Manuel Benedito, algo más que el nombre de una avenida? Creo que solo el Museo de la Ciudad, que no es el mejor recinto, prepara algo. Y falta un proyecto unificador que suponga creérselo. ¿Suficiente? Mejor digan ustedes. Yo tengo que dormir.

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