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Opinión | Bolos

Recuperar la Generalitat

Mazón, junto a una directora general de su Consell, en el funeral de Estado.

Mazón, junto a una directora general de su Consell, en el funeral de Estado. / Germán Caballero

Después del dolor y la rabia de los familiares de las víctimas de la dana presentes en el funeral de Estado persiste el daño reputacional de Carlos Mazón a la máxima institución de nuestro autogobierno. La emoción del momento aconsejaba analizar en frío lo que pasó, que fue la desaparición en directo de la Generalitat y su president. La debilidad institucional con la que acudió el jefe del Consell se intuía, pero quedó confirmada en las primeras imágenes retransmitidas, ya en la formación protocolaria que aguardaba al presidente del Gobierno y a los Reyes junto al lago de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Posteriormente, fue apartado de la comitiva que saludó a los familiares de las víctimas y conducido hasta una silla en la tercera fila de autoridades.

Durante toda la ceremonia, Mazón no mostró intento alguno de salvaguardar la honorabilidad de la sociedad valenciana, de la que aún es máximo representante. Pese a las condiciones impuestas por las asociaciones de víctimas respecto a su presencia, un solo gesto de empatía habría transmitido algún signo de reparación. Como señaló acertadamente Juan R. Gil, asistimos también al funeral político —y televisado— de Carlos Mazón.

Más allá de las tácticas electorales y los cálculos a corto plazo, corresponde al PPCV reparar el profundo deterioro causado por Mazón a la imagen colectiva de la Comunitat Valenciana. Cualquiera de los tres posibles sustitutos —Juan Francisco Pérez Llorca, Vicent Mompó o María José Catalá— posee un grado de institucionalidad muy superior al actual; sin embargo, persisten las dudas sobre si Alberto Núñez Feijóo antepondrá los intereses del PP a los del conjunto de la sociedad valenciana. Aunque nadie ignora que Mazón intentará vender su derrota imponiendo condiciones a Génova.

También tiene una parte alícuota de responsabilidad el PSPV, con unos dirigentes entregados sin ambages a la maquinaria de Moncloa, sin atender la histórica experiencia de años al frente del Consell.

Las familias, damnificados, y el conjunto de la ciudadanía necesitan recuperar más pronto que tarde la confianza en la Generalitat.

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