He seguido con interés la hermosa idea de la ruta borgiana que se acaba de iniciar pero también ha suscitado en mí una gran preocupación, ya que en este proyecto han marginado totalmente a Llombai, un pueblo eminentemente borgiano, incluso antes de Gandia. Pienso que se debería replantear esta ruta, que considero muy interesante y un gran acierto, e incluir también este pueblo de la Ribera.

Llombai es comprado por el arzobispo Rodrigo de Borja por el precio de 61.000 timbres del valor cada uno de diez sueldos «dels reis de València» (esta escritura primero fue redactada en valenciano). El obispo Borja, en 1484, adquiere Llombai a título personal y no al de su dignidad. Pensemos que Rodrigo desde su juventud era cardenal de la Iglesia y vicecanciller de la Santa Sede, es el primer arzobispo de Valencia en 1492 y luego será el papa Alejandro VI el 11 de agosto de 1492. Varios historiadores avalan esta tesis (Francisco García, Francisco Benlloch y José Sirera, entre otros muchos). Por lo tanto, tenemos en la historia de Llombai al primer Borja como señor. El conjunto comprado se denominará Baronía y formarán parte de ésta los pueblos Llombai, Catadau, Alfarp y Aledua. Borja compra Llombai para uno de sus hijos, Pere Lluís.

Juan de Borja, segundo duque de Gandia y barón de Llombai, hijo de Rodrigo, estará en Valencia desde 1493 hasta 1496, año en que regresará a Roma, muriendo asesinado en 1497 en la Ciudad Eterna. Durante los tres años que estuvo en Valencia pasó largas estancias en Llombai, por expreso deseo de su padre, quien consideraba «Llombai el mejor sitio para huir de peligros y contagios, pues es la perla de mis posesiones». El archivo de la catedral de Valencia conserva varias cartas del duque de Gandia, Juan, escritas a Alejandro VI y otros personajes desde Llombai.

Rodrigo de Borja deja en herencia la baronía de Llombai a su hijo Juan, segundo duque de Gandia, y de éste pasa a su hijo, también Juan, tercer duque, casado con Juana de Aragón, nieta de Fernando el Católico. De este matrimonio nacen siete hijos, uno de ellos es Francisco.

Francisco de Borja nace en Gandia el 28 de octubre de 1510. Se casa con Leonor de Castro y el emperador Carlos V, un año después, le nombra marqués de Llombai como regalo de boda el 7 de julio de 1530. Nace el marquesado de Llombai y aparece su primer marqués. Francisco tenía entonces 19 años. Del matrimonio nacen ocho hijos.

Este marquesado estaba poblado por moriscos. La gran preocupación de Francisco fue evangelizar estos pueblos, y para ello fundó un monasterio que entregó a los dominicos. La fundación lleva fecha del 3 de diciembre de 1544; el papa Pablo III nombró parroquia a la iglesia del convento y encargó la cura de almas a los dominicos.

El marqués Borja trajo de Gandia un buen arquitecto y la obra terminó en 1548. «Venturoso convento», lo llaman algunos historiadores, sobre todo el cardenal Cien-Fuegos, quien escribe una completa biografía de san Francisco de Borja; también Cabanilles y Sanchis Sivera. Por este convento pasaron san Luis Bertrán, que fue el primer maestro de novicios, el beato Juan Micó, el ilustre teólogo de Xàtiva Tomás de Maluenda, padre Antonino Delhom. Sí, fue realmente un venturoso convento. Llegó a tener facultad de Filosofía y de Teología de los dominicos con eminentes maestros, hasta el momento de la desamortización de Mendizábal, que arrasó con el convento y todas sus posesiones.

Éste es un breve resumen de la larga y fecunda historia del monasterio borgiano que marcó la vida del marquesado de Llombai, y lo ofrezco para que vean la base profunda y seria de estos lugares borgianos, que con derecho deben ser incluidos en la ruta borgiana.

En 1994, por encargo del párroco de Llombai, escribí la Historia de la parroquia de la santa Cruz de Llombai al cumplirse 450 años de su fundación. En esta obra encontrarán la historia más completa y detallada.

¿Qué es lo que queda en Llombai de aquel convento?

Queda la iglesia parroquial de la Santa Cruz, fundada por san Francisco de Borja y parte del claustro del monasterio dominicano. Todo este conjunto, desde hace muchos años, reclama su restauración. Es catalogado como monumento histórico-artístico de interés nacional, documento firmado por el rey don Juan Carlos el 12 de noviembre de 1982.

Hoy se puede visitar el templo parroquial dedicado a la santa Cruz, de estilo gótico, de una sola nave, sin cúpula, ni crucero, de fábrica ojival y bóveda de crucería, verdadero tipo de las iglesias góticas valencianas, con capilla principal donde está el altar mayor y ocho capillas laterales, con un espacioso coro alto y torre campanario. Durante la persecución religiosa de 1936 se perdieron muchísimas obras de arte, imágenes, retablos, pinturas. Hoy, esta capilla mayor tiene un fresco pintado por Salvador Cardells, de Meliana.

Tanto las paredes como las bóvedas del templo están adornadas con un hermoso esgrafiado, dibujo de relieve, pintado en diversos colores que la tapizan completamente. En 1686 sufrió unas renovaciones con adornos churriguerescos, que, por fortuna, no alteraron las líneas del primitivo estilo.

Se conserva en muy buen estado la Bula de Fundación de la Parroquia de 1543, un valioso documento firmado por el papa Pablo III y dedicado a don Francisco de Borja, marqués de Llombai.

Junto al templo está la capilla de la Comunión, dedicada a san Francisco de Borja. Es muy espaciosa, de una sola nave con crucero y cúpula de estilo neoclásico. En las cuatro pechinas hay cuatro frescos con los cuatro evangelistas. Son anónimos y pertenecen a la época de fundación de la capilla con motivo de la canonización del beato Francisco de Borja en 1671.

En la parroquia se venera la imagen de la Virgen del Rosario, regalo de san Francisco de Borja. Una acertada restauración le ha devuelto al estado original. Es de estilo gótico, y fue proclamada patrona canónica de Llombai.

Tiene un Lignum Crucis de plata repujada, también regalo del santo marqués al convento. Se le saca en procesión el 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz, titular de la parroquia. Una gran tabla con los santos Juanes, atribuida a la escuela de Juan de Juanes, y un lienzo también de grandes dimensiones con santo Domingo y santa Catalina de Siena, dominicos, ante el crucifijo, de enorme belleza, del siglo XVII.

Se puede admirar una hermosísima imagen de sant Vicent Ferrer de Ignacio Vergara y otra de vestir con un expresivo rostro, atribuido a José Esteve; también una imagen pequeña de santo Domingo, de gran belleza, del siglo XVII, anónimo. El relicario es de plata, con una insigne reliquia de san Francisco de Borja del siglo XVIII. En el coro se ve un fresco anónimo de santo Domingo de Guzmán de 1663.

Y el claustro del antiguo convento, que, como dije, reclama su restauración. Es un símbolo vivo de la historia de Llombai y del amor del santo marqués a su pueblo y no se debe permitir que se derrumbe poco a poco.

Y, aparte de todo esto, Llombai tiene otros monumentos que, restaurados, permitirían una visita cultural de enorme interés, como el Castell de Aledua y la ermita de sant Antoni, en muy buen estado y faro espiritual del marquesado. Finalmente, la parroquia de Llombai tiene espacio suficiente y contenido para, con un tiempo no lejano, poder tener un gran museo parroquial donde exponer y admirar todas estas obras de arte, historia y cultura.

*Abad mitrado de Xàtiva.