Cerca de 200 personas estaban esperando la aparición de Puchol II en la instalación montada al efecto en Brooklyn MatchPoint NYC. La jornada se inició a la una en Nueva York con distintos tipos de enfrentamientos y concluyó con la partida más esperada: el campeón del mundo de One Wall, Timbo González, contra el número 1 del último ránking de la escala i corda, Puchol II.

Muchos fueron los aficionados que se acercaron a hablar con el valenciano para preguntarle sobre las características de la escala i corda. Sin embargo, la mayor sorpresa se la llevaron cuando vieron y tocaron una pelota de vaqueta. El tamaño, la dureza y el bote de la vaqueta les hizo imaginarse la dificultad del deporte valenciano por excelencia.

También pudo comprobar las características de la pilota el presidente del condado de Brooklyn Eric L. Adams, que fue obsequiado con una de ellas por Agustín Larré, de Pilota 2.0.

La sorpresa más grande que se llevó el jugador de Vinalesa sucedió cuando un miembro de la organización local se acercó a él para ofrecerle jugar con hándicap. Pero el valenciano declinó la invitación, quería jugar contra el campeón del mundo en igualdad de condiciones, porque Puchol II no jugaba para él, jugaba como embajador de la Pilota Valenciana en Nueva York.

Y, en este caso, la cátedra del One Wall, aquellos que le dijeron el jueves en el Bronx que Timbo le iba a ganar fácilmente, acertaron. A pesar de los esfuerzos del valenciano el campeón lo arrolló. El marcador se paró en 21-3. Nada pudo hacer el de Vinalesa para parar al jugador americano, que se esforzó desde el primer quinze para llevarse el encuentro.

Puchol II desplegó sus mejores golpes, pero el descendiente de Puertoriqueños no quiso dejar ningún margen a la duda. Prueba de ello fue que Puchol II no consiguió sumar ningún quinze hasta el 11-1. En este momento el pabellón estalló en una gran ovación que reconocía el esfuerzo que había realizado. Incluso el propio Timbo en muchos momentos alabó el trabajo de la figura valenciana.

Satisfecho con el trabajo realizado, la experiencia vivida y de la repercusión mediática obtenida, el nuevo embajador de la pilota se despidió de Nueva York con el largo aplauso del público americano reconociendo su atrevimiento.