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Va de Bo!

Grandezas y olvidos

Ayer se presentó la final de una competición nacida en la temporada de 1952

Todos los pilotaris finalistas, ayer en la presentación. fedpival

Ayer se presentó la final de una competición nacida en la temporada de 1952, suspendida hasta el año 64 y transformada en el Circuit que hoy conocemos desde el año 1992. Es triste comprobar cómo en los historiales de las páginas digitales tanto de la Federació como de la Fundació, no están registradas las competiciones que ganaron jugadores como Roget y Patet, Ferrer II, Ruiz, Soro, Xato de Museros, Ferreret, Gat, Eusebio, Ribes, Suret, Xatet, Rovellet, Pasqual, Llopis, Machí, Micó, Pepe, Antoniet, Carboneret, Fredi, Vicente, Puchol y el mismísimo Genovés que ganó el Campionat Nacional, en siete ocasiones. A veces nos llenamos la boca de resaltar la grandeza de la modalidad y nos olvidamos de las grandes figuras que en los tiempos más difíciles, sin prensa, ni radio, ni televisión, cada día de la semana llenaban con sus nombres de tiza blanca las viejas pizarras que colgaban del Bar Trinquet. Aquellos pelotaris merecen que sus nombres aparezcan, y hoy hay más medios que nunca, en cada una de las páginas que escriben la historia de nuestro deporte.

Y precisamente en un día como hoy, en el que, las primeras figuras del momento reciben el calor de las autoridades, en presentaciones que dignifican el deporte, y con un respaldo mediático que nunca jamás pudo soñar un caballero del deporte como Rovellet, duele ese olvido. ¿Por qué en cada presentación de este nivel no se invita a una o varias figuras históricas?

Rovellet fue el único que salió en el NO-DO de la época mostrando su mano apenas cubierta con un fino guante y dedos desnudos?en el viejo y desaparecido Trinquet Las Delicias de Ondara. Por cierto, aquel trinquet tuvo iluminación artificial antes que el mismísimo Mestalla.

Ayer, esos jóvenes titanes de este deporte que ya no fuman ni dentro ni fuera de los trinquetes, que cuidan su condición física asesorados por profesionales; pelotaris que ya no atienden reclamos de primas en apuestas y que, en cada tarde, desde el primero hasta el último quinze juegan a ganar por el placer de ganar; los mismos que no entenderían las palabras de un viejo maestro cuando reconocía que los trinquetes valencianos de aquellos tiempos, como los frontones vascos, eran en realidad casas de juego, con todo lo que de negativo conllevaba en una época de estricta y unidireccional moral, esos jóvenes mostraban ayer sus ojos de ilusión de vivir una experiencia como la que esperan vivir el próximo domingo en Pelayo, observados por cientos de aficionados que abarrotarán las gradas y otros miles que la verán por televisión en directo.

Pere Roc, que jugará con Santi y Monrabal, ya está más acostumbrado pues juega su cuarta final, y aspira a su tercer título consecutivo. El joven De la Vega debuta en la final, tras hacerlo como titular en la Lliga y de momento parece asustarse más ante un micrófono que ante las embestidas de pelotas rivales. Ha demostrado un temple exquisito para superar los momentos más complicados y tiene a dos compañeros excepcionales, rematadores a la mínima oportunidad.

Félix y Nacho han vivido muchas finales y en ellos confía el de Almussafes para rematar una competición que le ha aupado, gane o pierda, a los lugares que soñaba cuando era niño. Y es triste que, casi con toda seguridad, todos los pelotaris que el domingo jugarán la final desconozcan la historia y los nombres de sus legendarios antecesores.

Hoy sólo pueden encontrarla en un libro de tapas rojas, perdido en algunas bibliotecas caseras?

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