Un niño pelotari y trompetista portugués se atreve con Paquito el Chocolatero para cerrar la sencilla ceremonia de apertura del IV Campeonato Europeo de la Juventud. Cuatro modalidades en categorías sub 19/17/15 masculinas y femeninas en tres días que obligan a un generoso sacrificio de organización. Más de ochenta partidos en la primera jornada desde las 8 a las 23:30.
Y uno piensa que solo desde el peso del romanticismo puede entenderse este esfuerzo. Ese niño de 11 añitos trompetista acompañado de otro con el redoble del tambor, con la tenue luz de una farola, en la noche que contempla serena al Tajo en su amoroso abrazo con la mar océana, ese niño arranca el entusiasmo de los presentes que rinden tributo al deporte heredado en el caminar sentimental de los pueblos. Es esa marcha valenciana y universal la que mejor refleja buena parte de todo lo que el juego de Pelota valenciano ha aportado al movimiento internacional.
La CIJB reserva e ilumina los juegos autóctonos de pelota. Y los pone en plano de igualdad con los universales. Es la seña que identifica y distingue a la CIJB. La pelota lusitana luce y gusta. Portugal consigue su primera victoria internacional en dura lucha contra Italia. Euskadi se alza con la medalla de oro al derrotar a una digna selección valenciana. Luce la bandera vasca, la del pueblo que ama sus tradiciones, exalta su juego de Pelota, y su lengua. Valores sentimentales que rompen ataduras y normas como las rompen los enamorados. La CIJB respeta los sentimientos y valora la diversidad como raíz de una unidad basada en el compromiso de respeto a los sentimientos. Valores eternos que siempre triunfarán sobre ataduras impuestas. Valores anteriores a las artificiales líneas trazadas por quienes pretendieron y pretenden imponer matrimonios de conveniencia. Ahora se habla de grandes proyectos surgidos de las siempre emprendedoras actitudes vascas. Proyectos de integrar en la diversidad. Que el orgullo y el martillo de las frías leyes cedan paso a las propuestas de construir entre todos una obra que sólo lo de esa forma será de todos.
Mientras, en estas serenas noches portuguesas la voz cautivadora de su hermosa lengua, los brazos acogedores de un pueblo hermano abren sus brazos al Juego de Pelota que aquí eleva a los vientos su poética llamada a unir jóvenes europeos. Sus ecos que claman paz, unión y libertad viajan por la mar oceana como los viejos marinos Magallanes y Elcano para arrebatar corazones por los cinco continentes y ganar nuevos fieles a la causa de Unir en la Diversidad.
