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Va de bo !

Las sentencias del sabio Rafael

Las sentencias del sabio Rafael

Rafael Balaguer Navarro es ciudadano de Godelleta, no sirve a nadie y es entendido como pocos en al arte de la agricultura, de la caza y del pensamiento libre. Tan libre que dejó de votar hace muchos años. Ninguno en este pueblo le conoce por su nombre pero todos saben quién es el Chato el Bufa. Tertuliar con él, es hacerlo con la sabiduría popular. Con su palabra y su razonamiento no hubiera caído la filosofía griega en la apariencia sofista o en el relativismo de Protágoras que, no crean, es más o menos lo que ocurre hoy. Si en nuestros días viviera Sócrates alabaría la búsqueda de la razón y del virtuosismo de Rafael, que fue a la escuela estrictamente lo necesario y seguramente por eso aprendió como pocos saber hacer: con la observación y la reflexión.

Rafael prefería correr a «toda pastilla» con la Ducatti de 49 cc sin temor a llevarse a una abuela en la cruce de una calle, antes que adentrarse en literaturas y teoremas.

Tertuliamos en el Bar de la Toñi y surge el debate sobre la pelota valenciana. El Chato el Bufa, era asiduo hace 40 años a las partidas en la calle pero dejó de ir cuando la pelota se encerró en el trinquete. Les pasó a muchos. «Habéís encerrado un juego popular y espontáneo entre paredes con puertas con candados?», afirma. «¿No te acuerdas de las partidas que jugábamos todas las tardes en el callejón del Tio Posaero, a galocha o al rebotet?». Anoto que el rebotet era jugar contra la pared, con falta en la anchura de la acera. Digamos que lo que ahora es el One Wall.

Y uno entra en fase de profunda reflexión cuando escucha del sabio Rafael otro argumento que parece irrefutable: «¿cuántos críos juegan ahora en la calle? Las madres los tienen encerrados en casa, los recogen en la puerta del colegio y sólo les permiten jugar en parques vigilados. Nos hemos vuelto locos. Escuchamos en la tele que en Japón han secuestrado a un niño y encerramos a los críos. Y vosotros empeñados en llevarlos a los trinquetes?No veis la realidad. Y yo la veo ahora mismo con mis propios ojos?. ¡Fijate, fijate! Vuelve la cabeza y mira el parque que tienes ahi».

Y efectivamente te das la vuelta, miras el parque y entre los árboles contemplas dos porterías de básquet y dos de futbito, donde varios niños se entretienen. Y el Chato me mira y me suelta: «Si los niños no juegan no se aficionan. Y sólo pueden jugar en los parques. Es ahí donde tenéis que plantar las semillas. Un rebotet, un muro y a jugar?Porque, ¿no pensaréis volver a las calles verdad? Están llenas de coches y los vecinos no aguantan molestia alguna. Y en las calles ya no juegan los niños? Si está claro, hombre. Hay que llevar la pelota a los parques públicos. Ay mare que os tenga que decir esto yo?».

Un pequeño muro en cada pequeño parque, en cada colegio, incluso aprovechando otras paredes? ayudaría a extender la práctica y la afición a este deporte. Cualquier pelota sirve. No serán iguales que las que nos vendían en la tienda del Tio Benjamin, de trapo que se hacían por las manos de los presos?pero qué importa que sean de trapo o de goma si sirven para aprender a jugar con las dos manos, por arriba y por abajo y a conocer y amar el Joc de Pilota. De las paredes del Rebotet (aportación gratuita de Rafael Balaguer a la valencianización del vocabulario ) muchos pasarían a los trinquetes para que no estuvieran semivacíos.

«Tenéis que pensar con seso común. No con sentido, sino con seso», dice. Otra sublime aportación léxica y científica de Rafael Balaguer Navarro, El Chato el Bufa, filósofo de la verdad. No escribirá como tampoco lo hacía Sócrates, pero no le faltarán discípulos para recoger y trasladar a las gentes sus sentencias.

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