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Va de bo !

La imaginación al poder

La imaginación al poder

En tiempos de la contracultura del 68 se hizo popular el lema aquel de «la imaginación al poder». Si bien lo piensan venía a ser una nueva derivada del eterno debate filosófico entre razón y fe, entre materia y espíritu, entre pensar y sentir. La sociedad materialista, de consumo; la sociedad capitalista parecía ahogar las ansias de libertad individual creadora que reclamaban muchos jóvenes de la época, y por ello y por un cambio social se lanzaron a las calles del París de la época.

Hay quienes afirman que el Mayo del 68 no sirvió de nada. Y de eso, nada. Mayo del 68 acabó en manos de los intereses políticos y por eso fracasó en su intento de cambiar regímenes pero quedó como testimonio de la necesidad de esa lucha contra la rutina que tiene el hombre pensante, el hombre ilusionado, creativo, ilustrado. Como testimonio para la historia que hoy contempla cómo muchos de aquellos lemas y comportamientos que pedían utopías , «seamos realistas, pidamos lo imposible» se han visto ampliamente satisfechos.

Apliquemos estas filosofías a nuestro juego de pelota y propongamos un mayo del 68. Apliquemos por ejemplo, aquello de «Prohibido prohibir» y dejemos crecer los brotes de libertad en el mundo profesional, que en la libertad está la creatividad. Hemos encorsetado este deporte con un calendario inflexible, cerrado de un año para otro y sin quererlo hemos convertido un deporte vivo y cargado de buenas dosis de anarquismo, en un bloque cerrado, diríase que burocratizado, contrario a su secular esencia.

Hasta que surgió la figura de Eusebio el de Riola había libertad para lanzar la primera pegada desde el dau a la galería frontal. Se jugaba con pelotas más livianas, pero con esas pelotas Pelayo anunció una partida en la que el genio de Riola se vería obligado a jugar condicionado, pensando la empresa que se le privaba de su arma más eficaz. Eusebio jugó con Peris de Benaguassil mientras Rovellet lo hacía con Gat I de l' Eliana. Fue el 19 de febrero de 1972 y el trinquete se llenó a rebosar. Lo hizo sin prensa que anunciara, ni radio que le dedicara 30 segundos, ni televisión volcada con el futbol y a los toros y el baloncesto del Madrid. Pelayo se llenó a rebosar por el triunfo de la "imaginación al poder".

Hoy agradecemos los desvelos y los esfuerzos por consolidar el futuro entre los jóvenes; agradecemos el esfuerzo de muchos clubes, escuelas, autoridades y de la Fundación. Agradecemos tanta y tan variada actividad pero, como en mayo del 68, seguiremos pidiendo lo imposible. Seguiremos pidiendo la libertad imaginativa y creadora. La rutina mata, la imaginación vivifica. Por cierto aquella partida la ganó Eusebio por 60 a 55.

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