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El día de la pilota y su valor cultural

El día de la pilota y su valor cultural

Hemos celebrado durante una semana el Día de la Pilota, que conmemora un bando municipal de la alcaldesa Clementina Ródenas que derogaba, simbólicamente, la prohibición dictada por las autoridades civiles del cap i cassal, del 13 de junio de 1392. Hubimos de esperar más de seis siglos para que la autoridad civil diera su visto bueno a la práctica de la pilota en las calles de Valencia. Sin embargo esto de los bandos queda bien como expresión literaria porque los hechos demostraron durante todo ese tiempo que se siguió jugando en tanto hubieron de dictarse nuevas prohibiciones condenadas todas al más absoluto fracaso. Se dejó de jugar en las calles, no cuando lo prohibieron las autoridades, sino cuando las invadieron los carruajes, los coches, los nuevos edificios colmeneros€ y porque las gentes encontraron otras diversiones más atractivas y menos conflictivas.

Afortunadamente seguimos disfrutando del Joc de Pilota en la puerta del mismísimo Ayuntamiento de València, con finales internacionales que han permitido, modestamente, ayudar a la promoción turística de nuestra ciudad. Esa imagen del edificio del Ayuntamiento abrazando el Joc de Pilota tiene un valor simbólico incalculable, y además, irrenunciable. Habrá que estar atentos a la anunciada remodelación de la plaza porque nunca hay que fiarse de la autoridad. Haría bien la Federación en seguir las huellas de ese proyecto no sea que resulte imposible volver a presenciar imagen tan hermosa. Conviene recordar aquí la anual cita de la pelota belga en la Gran Place de Bruselas, lugar, por cierto, que acogerá la ceremonia inaugural del próximo campeonato del mundo. Esa fusión, una vez al año, entre la más bella plaza del mundo y el juego de pelota forma parte de la historia sentimental del pueblo belga. Hay un proyecto de crear un Circuito Internacional de Plazas de Pelota como plataforma de inversión turística de algunas ciudades europeas que necesitará de la sensibilidad de las autoridades que fomentan la cultura en la UE, empezando por las autoridades valencianas. El juego en la calle siempre tiene un valor añadido. El próximo miércoles lo veremos, por ejemplo, en la Partida de Festes de Quart de les Valls, uno de los últimos lugares de culto a la pilota en su espacio originario. En tiempos del Imperio, se jugaba en las plazas públicas pues no todos podían disponer, como Plinio el Joven, de un esferisterio en su residencia. ¿Tiene o no tiene un valor cultural el Joc de Pilota del que tenemos referencias escritas desde tiempos antiguos, y que siempre fue considerado el Juego de reyes y el Rey de los Juegos?

El caso es que, hemos disfrutado de un Día de la Pilota especialmente largo con una serie de actividades para ensalzar los valores de tantas gentes que de manera anónima se dedican a la promoción de este deporte: escuelas, monitores, entrenadores, clubes, jugadores, medios de información€Muchos de ellos han tenido ocasión a lo largo de esta pasada semana de recibir sus merecidos reconocimientos. Ha sido también el reflejo del inmenso trabajo que realiza la Federació de Pilota Valenciana que hoy es referente estatal e internacional en todo lo referido al Juego de Pelota a Mano.

La cancha de Borbotó acogió ayer, dentro de esta conmemoración la Supercopa femenina de raspall con el triunfo de la representación de Bicorp, con Victoria, Mar y Nerea sobre la de Beniparrell, con Ana, Noelia y Mireia por 30 a 5. La pilota femenina valenciana crece exponencialmente y merece, claro que sí, su promoción televisiva. En la Supercopa de Galotxa Ovocity El Marquesat se impuso a Lanzadera Montserrat por 70 a 35. El duelo entre Salva Palau y Óscar deparó jugadas «nunca vistas» por la extensión de pelotazos que iban de rebote a rebote en la cancha de más 80 metros. Dos clubes históricos que siguen escribiendo hermosos poemas de esperanza.

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