Confrides es un pequeño municipio que has de atravesar cuando viajas desde Benidorm a Alcoi dispuesto a contemplar la belleza de las sierras y precipios, los valles y los bosques mediterráneos. Un viaje para no tener prisa y para detenerse en l' Abdet, una aldea de Confrides donde se conserva, casi como hace trescientos años,el que está considerado como el trinquet más antiguo de las tierras valencianas.
Es un trinquet de los que se llamaban «de Pilota Grossa», que se mantuvieron con vida hasta principios de los años veinte del pasado siglo, aunque algunos llegaron a décadas posteriores. Pequeñas instalaciones para el recreo del cuerpo con el deporte más antiguo: el que gasta una pelota jugada con la mano.
Allí ha resistido este trinquet el paso de los siglos, casi siempre entre la indiferencia general. Se desploblaron estos lugares de jóvenes que emigraron en busca de trabajos que permitiesen vida digna. Allí quedaron viejos y recuerdos. ¿A quien le podía importar aquel recinto olvidado?
Ese recinto cobró vida ayer con la presencia de diversas escuelas de pelota de varios clubes de La Marina. Hoy acogerá el primer campeonato oficial de una modalidad que se quiere recuperar por muchas razones prácticas, pues es modalidad que permite jugar a niños y ancianos, y sobre todo por una razón sentimental: es parte del patrimonio histórico y cultural del pueblo valenciano.
Hay trinquetes tan viejos como este, también abandonados en otros lugares de la España despoblada: Aragón, La Rioja, Castilla y León... También los hay en los arcupes de las iglesias y ayuntamientos de las tierras vascas, pero está por demostrar que algunos de ellos tenga esa fecha tan antigua de 1722.
La Generalitat Valenciana, la Universidad, la Federació y entusiastas aficionados de diversos clubes se han empeñado en resucitar estos recintos, en darles vida. Y no queda más que aplaudir esta iniciativa que vuelve a colocar a la pelota valenciana como ejemplo de impulso y respeto del patrimonio cultural y arquitectónico deportivo.
?Un deporte sin protección estatal. Si en este pais llamado España, que tuvo en el juego de pelota, en unas u otras modalidades su deporte favorito hasta la invasión de modas anglosajonas; si en este pais hubiera una Federació de Pilota, como lo es la de Pilota Valenciana, si hubiera un Consejo Superior de Deportes que pensara más allá de medallas olímpicas y fotos de deportes de masas, todo lo relacionado con el juego de pelota tendría una especial protección.
¿Cómo es posible que ninguna televisión pública haya divulgado que existen recintos deportivos para la pelota en lugares perdidos como Confrides en Alacant, o Camarillas en Teruel en buen estado de conservación, preparados para recuperr el deporte con más de tres siglos de vida? ¿Cómo es posible que nadie se haya propuesto a nivel oficial realizar un censo de plazas de Juego de Pelota, frontones y trinquetes antiguos, repartidos por toda España? El 2 de agosto del próximo año, la plaza más bella de Europa, la más popular, acogerá la ceremonia inaugural del Mundial de Juegos de Pelota a Mano en Bruselas. Mayor simbolismo, imposible.
Se trata de una oportunidad de oro para que las autoridades estatales reflexiones sobre la importancia de este legado que trasciende las fronteras nacionales y estatales, que supone una herencia de siglos que vale la pena conservar por aquello de la identidad, tan reclamada y tan poco valorada.
Hoy en l'Abdet se ha dado un paso en la dirección de considerar este deporte como algo muchísimo más importante que pueda ser el carácter olímpico.
