Hubo un tiempo, que fue casi todo el tiempo vivido, en que las mujeres cumplían religiosamente el mandato de servidoras del buen vivir de los hombres. Hubo un tiempo en que el deporte parecía vedado para ellas. En los patios escolares, como mucho, había espacio para el voleibol femenino. En València recuerdo que fue el Amadeo Tortajada de balonmano femenino el primero que empezó a salir en los periódicos con algunas de sus hazañas. Coincidió con el imbatible Iber de Cristina Mayo que dominó el balonmano nacional durante muchos años. Hoy apenas hay espacio para el balonmano femenino, recluido en el Canyamelar a expensas de la generosidad de algún mecenas.
Si nos centramos en el deporte de la pilota el asunto de la mujer se resolvía con la sentencia de rigor: «Eixe juga menos que la meua germana?» Ver a una mujer en el Pelayo era tan raro como ver a una mujer tomando café en el casino del pueblo. Así eran esos tiempos no tan lejanos. Pero los tiempos han cambiado una barbaridad y ahora nadie con dos dedos de frente se atrevería a decir la sentencia recriminatoria. Porque uno puede tener una hermana que juegue tanto como Mar o Victoria y porque el respeto a la condición femenina, en todos los órdenes, es una exigencia de ética y de justicia. Claro que para conseguir ese reconocimiento, ese avance imparable hacia la igualdad, han tenido que luchar lo suyo. Han tenido que soportar discriminaciones y abandonos, como los vividos por el Amadeo Tortajada, o por el Iber o por el club del Canyamelar?Sigue habiendo mucho de oratoria y pocos avances en realidades y apoyos.
En la pilota se ha avanzado exponencialmente. Es de obligada justicia recordar la tarea de la diputada socialista Isabel García, una verdadera titán en defensa de las políticas de igualdad. Hoy, en Beniparrell, un club pionero y ejemplar en la promoción de la mujer en este deporte, se desarrolla una jornada impulsada por la Conselleria de Educació, Cultura i Esports que abordará en mesas de trabajo el diseño de una política efectiva de promoción. Iniciativa digna de todos los elogios.
Mañana domingo, en Alcàsser, en sesión matinal, se llenará el trinquet con la final del Individual de Raspall que patrocina Bankia y que enfrentará a Mar de Bicorp y Victoria de València. Son dos ejemplos de superación personal para llegar a colocarse entre las mejores del mundo en la modalidad internacional de One Wall. Esas dos jugadoras han sido seleccionadas entre las ocho mejores pelotaris del mundo para el Elite World que, patrocinado por la Diputación de Valencia se disputará el próximo fin de semana en Tavernes Blanques. Un detalle: las condiciones económicas, los premios, son exactamente igual para los campeones masculinos que para las campeonas femeninas. Esto, tan normal, era impensable hace cuatro días. Y ese es el objetivo a conseguir: la igualdad traducida a todos los órdenes.
