Paco y Jose Cabanes, pare i fill, cuentan en la introducción del libro Pilota Grossa del investigador Victor Agulló y del arquitecto Josep Maria Congost, que vivimos en la actualidad momentos de incertidumbre en nuestro deporte. Piden contrarrestarlos con iniciativas de futuro y cambios necesarios. Para la pareja que en los trinquetes ha cautivado corazones se hace necesaria una amplia cantera de jugadores y practicantes. Sólo desde la inmersión en el juego de pelota de los niños y niñas valencianas podemos garantizar un futuro. Aquel que practica un deporte es potencial espectador. Quien no lo ha practicado difícilmente se aficionará. Entre sus propuestas aparece como muy recomendable la recuperación de estos trinquetes que se alzaron entre el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX, en los que se jugaba con una pelota de hilos, indolora: Trinquets de Pilota Grossa. Espacios de juego directo de reducidas dimensiones y que se refugiaron de manera potente en Monòver con el nombre de Galotxes. Un juego que como el conjunto de la pelota valenciana tenía un reglamento para cada recinto ya fuera trinquete o calle.
Han sido más de dos años de intensa investigación de los autores, recorriendo los pueblos de La Marina, comarca donde mayoritariamente se alzaron estos recintos. Dos años en los que ha ido calando una reflexión personal que conduce a Victor Agulló a afirmar que «esta modalidad tiene un gran futuro porque es la ideal para que se practique en cualquier edad». En su esmerada investigación certifica que las grandes figuras de la comarca de aquellos años, desde Peña de Benimeli y el Nel de Murla hasta el mismísimo Rovellet han practicado este deporte. Tonico de Murla se inició en el trinquet de Ca la Canyera de su pueblo y las grandes figuras de la pilota valenciana han visitado las preciosas instalaciones de Monòver. Agulló considera que las instalaciones de Monóver y las de cualquiera de los trinquetes de Pilota Grossa, algunos recuperados como en Parcent, pertenecen al mismo tronco común.
Con esta nueva aportación gana prestigio y consideración esta vieja modalidad que por aquellos de los cambios en las costumbres sociales fue desapareciendo poco a poco. En el Pais Vasco la modalidad más parecida, en juego directo, es la Pasaka que se jugaba en los soportales de las iglesias y ayuntamientos. Hoy también se intenta recuperar en aquellas tierras.
En ese deseo de adentrarnos en una parte importante de la historia de nuestro deporte, anárquico y libre, quizás sea el momento de recordar que en la Ciudad de la Pilota, si la erosión del paso del tiempo no la has deteriorado, pueden observarse unas pocas "galotxetes" que no dejan de ser Trinquets de Pilota Grossa, si es que el primero de los nombres no produce consensos. Es decir, los hombres que diseñaron aquella instalación pensaron en el pasado, también en el presente y en el futuro. Dieron un lugar preferente a las instalaciones, ya reglamentadas de esa modalidad en la que todos pueden participar, desde los más niños y niñas de más temprana edad hasta los jubilados.
Es necesario conocer y disfrutar de esta nueva aportación a la historia general de la Pilota Valenciana. La recuperación de la memoria en tantos y tantos pueblos de aquellas comarcas donde hubo estas instalaciones,- más de cien se han catalogado, de sus jugadores, de su anecdotario hacen de esta obra una verdadera delicia para el aficionado a este juego y a quienes disfrutan de recuperar la historia de la vida social del pueblo valenciano.
