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Va de bo !

Dos historias de gloria para una final

Año 1983, inauguración del trinquet de Galotxa de Alfarp. levante-emv

El Trinquet de Galotxa de Alfarp, sede de la final del Interpobles de la especialidad que se disputará mañana viernes a las 11,30 horas, se inauguró coincidiendo con la final del Trofeo El Corte Inglés del año 1983. Eran las fiestas locales, por Sant Jaume, y se encontraron en la misma las primeras formaciones de Montserrat , con Rafa Ortiz, Marcial y Amador, y de Massalfassar, con Federico, El Seco y El Nano. Aquella cancha se quedó pequeña a pesar del sofocante calor de julio. La final fue retransmitida en directo por Radio Valencia de la Cadena Ser, con conexiones a nivel nacional. Aquella tarde ganó Montserrat. Cuatro años después, la formación de Alfarp conquistaba en este mismo escenario la final del Interpobles al derrotar a Museros. En el equipo de Alfarp jugaban Agustín, Sopetes, Cerveró (exfutbolista del Valencia CF) y Boro. Alfarp, ya transformado en club Ovocity El Marquesat, hubo de esperar 23 años para volver a disputar una final. Lo hizo frente a Massalfassar. Mañana aspira a conquistar su quinto título título. Es su tercera final en cinco años. Vive Alfarp un buen momento deportivo.

Montserrat gozó de su primer triunfo en una competición oficial de Galotxa en aquel lejano julio de 1983 con el Trofeo El Corte Inglés. De aquel manantial de ilusiones brotó la figura de Voro, que durante muchos años fue profesional de primer nivel en los trinquetes valencianos. En una nueva etapa de ilusiones como la actual, con un club dinámico y que propone caminos de promoción como lo hacen pocos, ha surgido una figura de relumbrón, con una posibilidades inmensas como Marc, pelotari que, si las lesiones le respetan, está llamado a dejar una profunda huella. Ya lo está haciendo.

La final de este Interpobles premia la larga trayectoria de dos clubes ejemplares que nunca perdieron la fe; que en los momentos delicados, con años y años de ausencia de títulos tuvieron la paciencia y el empeño de mantener una tradición de siglos. A nadie en Montserrat o en Alfarp se le ocurrió abandonar. Traicionar esta herencia es pecado imperdonable.

Mañana visitarán la cancha, en silencio, para ocupar lugares de privilegio las almas del Tio Delfín y de Micalet, de Conrado y de Sopetes que tantas glorias dieron a su pueblo. Y apretarán los dientes como cuando peleaban cada pelota arrancada de las cabezas de los espectadores sentados en las sillas. Frente a ellos, animando a los suyos estará un nutrido grupo de pelotaris que marcaron época en la calle de la Iglesia de Montserrat, en aquella donde Mingo el de les Màquines hacía vibrar a las gentes y donde se jugó un desafío entre cuatro primeras figuras de la época, principios del siglo XX: Suñer de Gabarda y un sobrino contra Malonda y Tiroy. Tanto se comentó aquel desafío que Tiroy consiguió , estando en prisión, un permiso para jugar la partida.

En la final de mañana no faltará el vozarrón de Galán, el pañuelo en la frente de Cirilet o el empeño de Antonio Sesé. Pero en cuerpo y alma no faltará Marcial, un pelotari que ha dado grandes triunfos a Montserrat y que poseía y posee un carisma especial. Todos ellos no pueden faltar en jornada tan emotiva.

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