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Cuando los trinquets eran del clero

Siendo el juego de pelota el más popular en los pueblos valencianos era habitual la presencia de párrocos en las sillas reservadas para las autoridades. Así puede comprobarse en el famoso cuadro de Bru, y así se recoge en el documentado trabajo de investigación del navarro Tiburcio Arraztoa, que en su magna obra Entre Dios y la Pelota, recopila una buena cantidad de referencias sobre esa conexión directa del clero con un deporte, la pelota valenciana, que arrastraba multitudes en los siglos pasados.

Los propios eclesiásticos han impulsado la construcción de trinquetes, cuyos beneficios, generalmente escasos, iban a parar a las arcas parroquiales. De entre las muchas referencias que recoge el investigador navarro, podemos destacar la construcción del trinquet del convento de las carmelitas de la Encarnación, inaugurado en 1744 que dispuso de un reglamento específico, con copia en los archivos municipales y que entró en dura y no siempre amistosa competencia con el Trinquet del Hospital General, construido en 1734.

En Sagunto se construyó en 1738 el trinquet del Cami Real, que pertenecía a la Administración de Nuestra Señora del Rosario para el cuidado de las Almas del Purgatorio, regido por el clero que se encargaba de arrendarlo. Tras un largo recorrido de arrendamientos, en 1856 se vendió en pública subasta. En Beniarrés, en 1745, Fray Josep Vilaplana arrendaba las tandas del agua de la iglesia, el juego de naipes y el juego de pelota en el trinquete. Otra de las principales referencias del siglo XVIII es la correspondiente al Trinquet de las Benditas Almas del Purgatorio regido por el clero de Lliria para sufragar los gastos de la parroquia. Hubo disputas entre el alcalde, dispuesto a prohibir el juego los días laborales y reservándose las llaves del recinto para abrirlo y cerrarlo los domingos. Finalmente en 1766 consiguió el clero la plena soberanía administrativa del trinquete. Fue derribado a finales del siglo XIX.

En el año 1770 la parroquia de Torrent ya recaudaba por el juego en la calle 10 libras destinadas a la administración de las Almas. Cinco años más tarde construyó un trinquet por el que seguía cobrando las famosas 10 libras. La construcción del trinquete supuso un gasto total de 679 libras y fue inaugurado el 22 de agosto de 1775. En 1809 se dio cuenta de que se habían recuperado los gastos de construcción y y se acordó : «Que por ahora y hasta que el clero determine otra cosa sirva el producto del trinquete para misas rezadas por las Benditas Almas del Purgatorio». Pero la Guerra de la Independencia y la mala situación económica hizo rebajar todas las expectativas€

El 4 de diciembre de 1779 fue inaugurado un trinquete en Denia, regido por la Hermandad de las Ánimas y cuya recaudación iba destinada a las necesidades parroquiales. En 1806 hubo disputas entre la iglesia y el capitán general aduciendo este que el trinquete dificultaba la defensa de la ciudad al superar los muros del trinquete los del torreón militar. El esta ocasión el poder militar se impuso al eclesiástico y el trinquete pasó a mejor vida. En 1785, el regidor del Grau de Valencia solicitó la construcción de un trinquete que sirviera de distracción a los marineros y cuyos beneficios se emplearían en la restauración de la iglesia de Santa María del Mar. La petición fue aprobada con la condición de que el juego no degenerara en vicio con la amenzada de derribarlo ipso facto. En el archivo Municial de Alacant se conserva un documento fechado en 1822 en el que un escrito de un cura anuncia la construcción de un trinquet de mano. La Iglesia se ha prestado a bendecir inauguraciones de trinquetes más recientes.

También se han dado casos, en los años de la Guerra Civil, 1936 de usar las iglesias como lugares para bailes y juego de pelota. Es el caso de las localidades conquenses de Zafrilla y Torrecilla.

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