Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Va de bo

Una final que no tiene precio

Una final que no tiene precio

En el mapa de la geografía valenciana aparecen dos nombres de dos poblaciones pequeñas, Parcent y Relleu, que rondan el millar de habitantes, escondidas entre las montañas que acarician las aguas del Mediterráneo, en la que siempre se nombró como La Marina, pues esa era la comarca natural desde Dénia y Ondara hasta más allá de Benidorm y La Vila; tierras que fueron de los moriscos, que también eran pelotaris, y tierras donde la tradición, la lengua, los usos y costumbres parecen prolongar sus deseos de vivir plantando cara, orgullosamente, a los envites de la uniformidad que hoy llamamos globalización. Leemos que en Parcent más del treinta por ciento de sus empadronados son ciudadanos del norte de Europa que vienen en busca del sol y la tranquilidad de vivir contemplando bellos paisajes habitados por gentes acogedoras, sencillas y humildes.

Alguna vez hemos visto a algún nórdico pararse en medio de la calle y observar con curiosidad durante unos minutos el Joc de Pilota. Quién sabe si algún día uno de ellos presidirá el club local. Podría hacerlo de un club campeón de Europa en el deporte que alimenta de identidad a Europa, del que hablaron y escribieron literatos italianos, franceses, españoles, alemanes y también ingleses? Habría que explicarles con un poco de paciencia las complicadas reglas del juego. Muchos no entendemos el reglamento del fútbol americano, ese que se juega por corpulentos y musculados muchachos en pos de una pelota que parece un melón? y sin embargo reconocemos que forma parte de su cultura, que eso sí, va acompañada de generosas dosis comerciales, detalle éste que no ha sabido o no ha podido explotar el juego valenciano.

A nosotros sólo nos queda proclamar su sentido patrimonial e identitario, su apego a los usos y costumbres por aquello de agarrarnos a algo. Pero estas palabras que siempre son recibidas con halagos y asentimientos, suelen ir muy solas en su caminar?débiles y enfermizas, agotadas en cuerpo y alma frente a la apisonadora cultural de la metrópolis, al otro lado del océano, reforzada ahora por la madre patria anglosajona que reniega de sus engorrosos y empobrecidos vecinos.

Parcent y Relleu no serían nada en el planeta valenciano si no fuera por el Joc de Pilota. Porque son fieles a esta costumbre tradicional, porque la han conservado y cultivado, unos y otros han podido arrancar alguna presencia mediática; han «pogut asomar el cap», para decir, aquí estamos. Existimos. No reforzará nuestra economía local, pero al menos reforzará algo que no tiene precio, ni se pesa en básculas: el orgullo de pertenencia. El «ser». Unos, campeones de Europa de Llargues; los otros, campeones valencianos de palma. Ambos, se jugarán el próximo domingo en Laguard, la Copa Generalitat, disputada este año a la modalidad de palma. Y este diario, que ha procurado acompañar a los pelotaris valencianos a lo largo de su historia no quiere ni puede olvidarse de los que se mantienen fieles al juego más antiguo y tradicional que abraza a las calles y vecinos, ancianos y niños, hombres y mujeres; para recuperar vida de palabras, pasiones, aplausos, silencios, gritos, sonrisas y lágrimas. Al menos por unas horas, esas calles se llenan de vida y desplazan la muerte de ruedas de caucho y tubos contaminantes. Todo eso no tiene precio.

Compartir el artículo

stats