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Va de bo !

Labradores y rectores en pelayo

Labradores y rectores en pelayo

Hace ya muchos años que en Pelayo se acabaron las partidas matinales en las que personajes de todo tipo se calzaban los guantes y se lanzaban a desafiar de esta o aquella manera a sus rivales. La imaginación y las propuestas llevaron a cuajar un desafío grandioso que enfrentó a Jose El Feriante, asmático, contra un numero uno como Eusebio. Las condiciones pactadas obligaron a Eusebio a un esfuerzo sobrehumano para ganar de manera muy justa. Aquel sabor de las partidas del ex futbolista Fuertes que exigía el silencio del tenis mientras pisara las losas de Pelayo, desapareció cuando su retirada definitiva. Después llegó la época del Wiski, otro asmático que entre cortisona y cortisona hacia frente a un argentino de manos amplias y espaldas de boxeador que se descolgó por Pelayo pensando que sería capaz de derrotar a los locales y que acabó esquilmado por la experiencia competitiva y comercial de la cuadrilla de jugadores que, con menos manos, tenían ciencia acumulada en el «donar i prende». Sobre todo para el «prendre». El argentino, cuyo nombre nunca supimos, acabó huido en paradero desconocido. Tampoco faltaban los proxenetas que consideraban Pelayo una fuente de blanqueo y caían atrapados en el señuelo que siempre fue la apuesta en el trinquet. Ya decía un viejo postor diario en El Zurdo que «la pilota era lo més barat per a combatre el vici de travessar. Pots pasar-te cinc hores. En el bingo o el casino cundix molt más». Aquel hombre tenía claro que valía la pena invertir en horas que calmaran sus ansiedades.

Hubo otros tiempos, ya lejanos, antes de la guerra, y recuperados en esa magna obra dedicada a la historia de Pelayo, escrita por los Agulló, padre e hijo, en que cada mañana asistían a Pelayo personajes de indiscutible distinción. El diario El Pueblo, de tendencia republicana izquierdista escribió un 21 de julio de 1929 una de las piezas literarias más hermosas que se recuerdan en torno a la vida de Pelayo. La escribió Julio Just Gimeno y nos habla de sus sensaciones en Pelayo y de las partidas del doctor Juan Bartual, que fue ministro de la República en 1936 y que acabó exiliado para morir en París en 1976. En la crónica recoge el espíritu integrador de este deporte, su belleza artística, su peso cultural en la historia literaria de Europa, alaba la presencia de labradores, aristócratas y hombres de letras y ciencias. Y cita entre ellos al doctor Juan Bartual que fue nombrado decano de la Facultad de Medicina y colaborador de Santiago Ramón y Cajal. Cada mañana, antes de ir a su trabajo necesitaba su partidas de pilota en Pelayo.

En Pelayo ya no hay partidas matinales?Los tiempos han cambiado. Ahora se busca la presencia de jóvenes que descubran este deporte; a veces hay campeonatos de promoción pero desapareció la apuesta, siempre tan ligada al trinquet. Ahora hay otras fórmulas. Esta semana han firmado un acuerdo de colaboración la Fundación de Pilota Valenciana y Bankia. Es un acuerdo decisivo para el sostenimiento de la Fundació y consecuentemente de la nómina de jugadores profesionales que en los tiempos que corren, sin las ayudas de patrocinadores distintos, públicos y privados, apenas podrían dedicarse en exclusiva a este deporte, como ahora lo hacen, aunque sean tiempos de sueldos muy cortos. Decía el ministro Bartual que se trata de «uno de los deportes más completos, ni el de la carrera, o el salto, esgrima o el fútbol, o el de montar a caballo lo son como este de la pelota valenciana». Pero ya ven, la soledad mediática, salvo excepciones, en que se encuentra.

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