Antonio Signes, «Suret I» fue uno de los restos más destacados en sus años como pelotari, que fueron muchos. Conquistó el máximo campeonato profesional en dos ocasiones: en 1969 junto a Xatet y Ribes y dos años después junto a Ruiz y Xatet II. El día 12 de septiembre de 1982 el trinquet que regentó su padre, el Tio Suret, oriundo del vecino pueblo de Alginet, se llenó a rebosar para despedir como profesional a uno de los jugadores más carismáticos que ha dado este deporte. Uno de los muchos de los que Carlet puede legítimamente presumir.
El trinquet se inauguró el 15 de agosto de 1947 con una partida estelar que enfrentó a Juliet y Mellat contra Quart y Mora. La partida no pudo finalizarse por un fuerte golpe de Quart en su rodilla a la hora de jugar una pelota junto a la escalera. Aquel trinquet venía a satisfacer la enorme afición que había en la localidad, ya que entonces disponía del mejor equipo de Galotxa que había dado la historia con el Roig, Patet y Albalat. Tan grandes que los dos primeros fueron los campeones del primer torneo federativo de Escala i Corda disputado en la temporada de 1952/53.
En la historia de Carlet pueden contarse tres grandes dinastías: la de los Suret, que aportó tres o cuatro pelotaris profesionales; la de los Xatet, padre e hijo, dos mitgers, considerados números uno en su posición durante muchos años. Y la de los hermanos Perele que destacaron a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Todos los citados han inscrito su nombre en el libro de oro de las competiciones oficiales del mundo profesional.
Precisamente Jaime Ferrer, «Perele I» , es el monitor de la escuela de pelota local. Es un trabajador incansable por este deporte y a pesar de las dificultades ha conseguido consolidar una escuela con los suficientes chavales y chavalas como para pensar que alguno de ellos recogerá el testigo que él dejó con su retirada, el último de los grandes profesionales surgidos en el viejo trinquet. Esa flama de la escuela, esa presencia testimonial pero luminosa ha sido fundamental para que el viejo trinquete de propiedad privada, abandonado hace muchos años pueda hoy alegrar su espíritu al ver como se remodela gracias a su titularidad municipal. Han sido muchos años de reivindicación, de negociaciones, pero la actual corporación no ha dudado en apostar por el deporte que tantas glorias aportó al Joc de Pilota. Han comenzado las obras de remodelación que dejarán un trinquete acorde con los tiempos. Volverán a organizarse las partidas de la Fira de setembre, que en los duelos entre Genovés y Eusebio, cerraba las puertas. Volverán a lucir los carteles con los mejores profesionales. Y todo ello, esperamos, acompañado de la actividad del club local, generador de nuevas canteras. El regreso de Carlet será algo así como el del Hijo Pródigo. El trinquet de Carlet, tan activo, tan rico en carteles y tan fértil en figuras pareció marcharse de la familia de este deporte, olvidarse de sus orígenes. Pero vuelve a llamar a la puerta del hogar, a las puertas del amor. Y le abrimos las puertas para cuidarlo y pasearlo por las tierras valencianas con rejuvenecida actitud y presencia hermosa.
