La Yesa es un municipio interior valenciano situado en el extremo nororiental de la comarca de La Serranía, en las estribaciones meridionales de la sierra de Javalambre. Su territorio se enmarca en el sistema de la Cordillera Ibérica. El término municipal tiene una extensión de 84,68 km2 y una altitud media por encima de los 1.000 m.s.n.m. Limita al norte con los municipios turolenses de Torrijas y Arcos de las Salinas, al este con el también turolense de Abejuela, al sur con Andilla y Chelva, y al oeste con Alpuente. En el extremo noroccidental del término se localiza la aldea de La Cuevarruz, entidad de población compartida con Alpuente. La Yesa, junto con los municipios de Alpuente, Aras y Titaguas, forma parte de un espacio geográfico diferenciado, un altiplano reconocido como la Alta Serranía.

La sierra de Javalambre se sitúa en el sector septentrional del término bajo el dominio de calizas jurásicas. Las principales elevaciones son el Collado de la Cima de la Pola (1.527 m), el Pico Sancho (1.522 m), el Mojón Blanco (1.515 m) y la Ceja de Montalbán (1.442 m). En sus faldas se extienden varios piedemontes que dibujan la transición hacia los relieves de las muelas. Los glacis y los corredores intermedios están rellenados con sedimentos cuaternarios, en lo que son los terrenos más aptos para el cultivo. Estos corredores se encuentran a una altitud superior a los 1.000 m tanto en La Yesa como en la aldea de La Cuevarruz. Esta elevada altitud media condiciona un clima frío en invierno, por lo que las heladas se prolongan hasta bien entrada la primavera. Suele nevar. El clima es mediterráneo con rasgos de continentalidad. En el sector central del término, en las inmediaciones del núcleo urbano, se dispone un abanico deltaico cuaternario, en la cabecera de la rambla de Ahillas. Constituye la parte más fértil del municipio, en la que además destacan diversos manantiales.

Historia y despoblación

Existen vestigios que atestiguan la presencia de un poblamiento ibero en La Yesa, consolidado durante la dominación romana. Estos restos arqueológicos se localizan en el monte del Castellar, al sur del núcleo urbano y en el yacimiento de los Castillejos, en La Cuevarruz. Durante el periodo de dominación musulmana, La Yesa formó parte como aldea de Alpuente del Reino de Taifas de los Banu Qasim, a partir del siglo IX. En 1236 fue conquistado por Jaume I de Aragón y se repobló con cristianos aragoneses. El extenso término medieval de Alpuente contenía a finales del siglo XV numerosos caseríos, algunos de los cuales se segregaron y se erigieron con término propio. Es el caso de La Yesa, que obtuvo la segregación administrativa en 1583 y fue declarada villa independiente en 1587, por decreto del rey Felipe II.

Desde comienzos del siglo XX la evolución demográfica de La Yesa se ha caracterizado por una continua pérdida. La disminución de la población ha sido prácticamente constante, debido a la emigración, principalmente hacia València. En 1900 había 970 habitantes, que descendieron a 815 en 1960. La pérdida más pronunciada se produjo entre 1970 y 1981, pues se pasó de 645 a 364 habitantes, prácticamente la población de entonces. En la actualidad apenas supera los 220 habitantes, lo que se traduce en unas de las densidades demográficas más bajas del territorio valenciano: sólo 2,68 hab/km2.

Una economía rural

En la actualidad la economía local se basa en la agricultura, en la explotación forestal y en menor medida en la minería, pues se extrae caolín. La toponimia de La Yesa parece que procede del vocablo latino Yesa, que significa terreno rico en mineral de yeso o caolín. Las tierras agrícolas con una mejor aptitud para el cultivo se encuentran en el corredor de la Yesa y en la pequeña cubeta de la Cuevarruz, en torno al eje de la rambla de Ahillas.

La elevada altitud del territorio yesano y la rigurosidad de las temperaturas dificultan algunos cultivos como el olivo. La superficie cultivada con producciones de secano alcanza las 500 Ha, de las cuales unas 320 son de almendros y 110 Ha de cereales, entre los que destaca la cebada con 78 Ha. La viña para la elaboración de vino representa unas 50 Ha. Con el agua de la rambla de Ahillas, la Fuente Somera y la Fuente del Carmen se riegan diversas huertas, muchas de ellas abandonadas. Pese a su escasa superficie actual, apenas 11 hectáreas, el regadío tradicional conserva diversos elementos de patrimonio hidráulico, como los lavaderos públicos, los abrevaderos o las balsas. Hay restos de dos molinos hidráulicos tradicionales, el de Arriba situado en la margen izquierda del barranco del Reguero, del brazal de la Pola, la Sarga y la Cañada del Molino; y el de Abajo, ubicado en la margen derecha de la rambla de Ahillas, con azud y acequias propias.

El patrimonio cultural de La Yesa

Su núcleo urbano se localiza a 1.040 m de altitud, asentado sobre un cerro, en la intersección entre la carretera CV-345 y la CV-350. El núcleo urbano de La Yesa se caracteriza por disponer de una ruta urbana que une los diferentes arcos, emblemas y escudos nobiliarios que ornamentan las fachadas de las casas señoriales. Datan de los siglos XV y XVI. En esa época se produjo un gran auge económico, por la intensificación de las relaciones comerciales con el fronterizo Reino de Aragón. Existen 3 emblemas y 5 escudos que son Bienes de Interés Cultural (BIC).

Existen diversos Bienes de Relevancia Local (BRL) en el término. Destaca la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVII, de estilo renacentista. Además existen 3 ermitas que también son BRL, como son las de San Juan Bautista (siglo XIV), San Roque (siglo XVII) y San Sebastián (siglo XVI).

El patrimonio natural y el turismo de naturaleza

La Yesa posee recursos medioambientales de contrastado valor, en los cuales destacan numerosos paisajes de montaña. Está integrado en el Lugar de Interés Comunitario (LIC) Sabinar de Alpuente, junto con los municipios de Alpuente y Aras de los Olmos, y forma parte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Alto Turia y Sierra del Negrete. La superficie forestal, dos tercios del municipio, presenta una vegetación cuya principal masa son los pinares, en sus variedades de pino carrasco, pino negral y pino rodeno. Ademas pueden localizarse algunos bosques con carrascas, como el del monte del Carrascal, sabinas y enebros. Existen varios árboles catalogados como monumentales, como la Carrasca Tumbada, característica por su tronco tumbado y casi horizontal; el Pino del Sombrero, de unos 300 años de antigüedad, cuya copa tiene esta forma peculiar; el enebro milenario de La Miera; y la sabina denominada La Juana, de 500 años.

En La Yesa se puede practicar el turismo de naturaleza en un entorno privilegiado, con actividades como el senderismo y el cicloturismo. Existen varias rutas de BTT y un sendero homologado de Gran Recorrido como es el GR-