Barracas se ubica en la comarca del Alto Palancia, es un municipio a 981 m.s.n.m., que tiene una superficie de 41,32 km2, localizado en un extenso altiplano que comparte con los de El Toro y Pina, con una altura media que supera los 1.000 msnm. Limita por el norte, este y oeste con los términos de El Toro y Pina de Montalgrao, y por el sur, con Torás y Viver.

Las principales alturas se localizan entre los 1.000 y 1.100 msnm: Mazorral (1.110 m), Monte Rajola (1.098 m), El Cerro (1.078), Ragudo (1.076), Los Quemados (1.062), Carramanchel (1.056), El Palancar (1.020). Estos relieves dominan un altiplano de paisaje monótono, tan solo surcado por un par de ramblas, la Orduña y del Palancar, y el arroyo Regajo, junto al pueblo.

Su hidrogeología está condicionada por el régimen de precipitaciones, por lo que no son abundantes los manantiales y las fuentes; destacan las fuentes de la Carrasquilla, de San Pedro y la de Martinlopez, y la del Calvario. La fuente del Alamo permite el riego de las Huertas de Gargallo.

Vista del pueblo de Barracas. Miguel Lorenzo

El clima es mediterráneo continental, condicionado por la distancia del litoral y por la altitud media, más de 1.000 msnm. Las temperaturas máximas absolutas en verano son de 21 grados C (julio y agosto) y las temperaturas mínimas invernales de 3 grados C (diciembre y enero). La temperatura media anual es de 11 grados C. El invierno está acompañado por vientos fríos, el cierzo, que contribuye a las bajas temperaturas y las frecuentes nevadas. Son habituales las precipitaciones estivales, relacionadas con el viento de Levante.

Referencias históricas y evolución demográfica

Hay constancia de poblamiento ibérico, concretamente en el yacimiento ibérico de Monte Limbo; de la misma manera que hay indicios de ocupación romana en el entorno del conocido Camino de Llíria. En el siglo XIII Jaime I donó este territorio a Jaime de Jérica, que fue poblada con cristianos viejos. Posteriormente pasó bajo la jurisdicción del duque de Berwick; Juan de Navarra y la familia Zarzuela. Estuvo afectada por la expulsión de los moriscos a inicios del siglo XVII, lo que dio lugar a un largo período de despoblación. Barracas contaba con 216 habitantes antes de la expulsión, y en 1646, sólo contaba con 162. Durante el siglo XIX, coincidiendo con cierta expansión agrícola relacionada con la producción de cereales, la población creció hasta los 550 habitantes.

El siglo XX se ha caracterizado por una continua regresión demográfica, como consecuencia del éxodo rural. En 1900 contaba con 495 habitantes; en 1960, 426; en 1981, 232; 170 en 1991. Desde entonces se mantiene en valores similares: 164 en 2001; y 185, en 2021.

Una economía ganadera y de cereales

El botánico Cavanilles indicaba a finales del siglo XVIII que en Barracas: “Las llanuras septentrionales pertenecen á los lugares de Barracas y Pina, separados por dos cerros. (…) Tiene unos 80 vecinos, sin mas recursos para subsistir que 1200 cahices de todo trigo, y algunos otros granos. (…) No he visto pueblo mas infeliz excepto Pina, retrato vivo de la pobreza y miseria”. Desde entonces, ha cambiado.

La superficie ocupada por las actividades agropecuarias representa aproximadamente algo más del 10% del término municipal. Tradicionalmente Barracas ha sido territorio ganadero, y la agricultura tiene más de 850 hectáreas útiles, buena parte sin cultivar. El término de Barracas, hasta mediados del siglo XIX, fue una mancomunidad de pastos, junto con Pina y El Toro: el altiplano por excelencia. En su territorio son muy frecuentes los corrales (Rajola, Chino, Cubico, Lamas, Palancar, etc.), así como la gran densidad de vías pecuarias. También destaca la actividad de la apicultura.

Iglesia de San Pedro. Miguel Lorenzo

El regadío tiene una presencia testimonial, apenas unas 5 hectáreas, de las cuales una parte no se cultivan. Predominan las plantas ornamentales. En el secano destaca el trigo (190 hectáreas), cebada (90), otros cereales (15), lavanda y plantas aromáticas (8 hectáreas), y almendro (7). Barracas acoge una feria tradicional de agricultura y ganadería, con actividades diversas, que consiste en un encuentro de comerciantes, artesanos y ganaderos.

El pueblo y un interesante patrimonio cultural

El núcleo de población se encuentra junto al antiguo trazado de la N-234, hoy sustituida por la autovía que remonta el Valle del Palancia. La morfología urbana es la característica pueblo-calle: se organiza en función de un par de calles paralelas, la Calle Teruel en el centro, y Calle de la Fuente y Calle Mayoral, a ambos lados. En el pueblo destacan los numerosos establecimientos de hostelería, como consecuencia de su función tradicional de lugar de paso: restaurantes, hostales, apartamentos rurales, etc. Antaño fue morada de diversas ventas como la Cerrada, la del Bollo o la del Loco.

Entre las rutas de senderismo para disfrutar de los diversos parajes del término municipal destaca la PR-CV 63.1. Sierra de El Toro, que puede acometerse desde Barracas o desde El Toro.

El pueblo acoge la Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, que es Bien de Relevancia Local, BRL. Del siglo XVI, es de una sola nave, de estilo corintio y torre campanario de base cuadrada, que cuenta con bóvedas de crucería. Junto a la iglesia se encuentra La Fuente, construida en el siglo XVI, cuyas aguas tienen propiedades minero-medicinales. Otros BRL son la Ermita de San Roque, con un interesante pórtico, la Fuente de San Pedro, y los espacios de protección arqueológica de la Hoya Huguet, el Monte Limbo, la Ermita de Vallada, El Cerro de la Moneda, El Castillejo y el Campo.

El lavadero viejo. Miguel Lorenzo

El término municipal pertenece al Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de la Comunitat Valenciana del Alto Palancia, que ocupa unas 26.280 hectáreas, entre los términos de Barracas, Bejís, Benafer, Pina de Montalgrao, Sacañete, Torás, El Toro y Viver. En el Mazorral se hallan unas masas forestales de carrascas y encinas, un bosque de “Quercus” de gran valor para los interesados en la geobotánica.

Entre las rutas de senderismo para disfrutar de los diversos parajes del término municipal destaca la PR-CV 63.1. Sierra de El Toro, que puede acometerse desde Barracas o desde El Toro. Una docena de kilómetros que permite al visitante disfrutar de unas vistas panorámicas del Altiplano de Barracas.

Paseo de la estación de Palancar. Miguel Lorenzo

También sobresale la ruta de cicloturismo de la Vía Verde de Ojos Negros, entre Santa Eulalia (Teruel) y Sagunto: son 180 kilómetros que aprovechan el recorrido del antiguo ferrocarril minero entre Ojos Negros y Sagunto, que estuvo funcionando entre 1907 y 1972, y que actualmente está acondicionado; es la ruta verde más larga de España. Barracas se encuentra en el kilómetro 101 de esa ruta, en sentido en dirección al litoral.