Tàrbena, de unos 31,7 km2, se halla en el interior de la comarca de la Marina Baixa, próxima al núcleo turístico de Benidorm, a una distancia no superior a los 20 km. Se localiza a 560 msnm, y desde su término se puede observar parte del litoral, incluida la Serra Gelada.

Se accede al núcleo urbano de Tàrbena mediante la CV-715, cuyo trazado obedece a la antigua carretera que unía Oliva y Benidorm. Limita su término con los de Castell de Castells, al Oeste; con el de Xaló, al Este; con los de Benigembla y Parcent, al Norte; y con los de Callosa d´En Sarrià y Bolulla, al Sur.

Un término de contrastes

El relieve de Tàrbena se dispone en los sectores periféricos de su término, de manera que en la parte central se configura una pequeña depresión en forma de cuenca, delimitada por varios relieves. Los de mayor altitud, próximos a los 1.000 msnm, se encuentran en el sector norte, en donde encontramos las sierras de Bixausca y del Carrascal de Parcent. Hacia el sector oriental se alza la sierra del Ferrer, y en el sur hallamos relieves de menos altitud, como la Muntanyeta, Les Escales, el monte Albieg y el Soluxa. En el sector central se alza el monte de Santa Bárbara, que alberga el Castell dels Moros.

Mirador subida al Castillo. Rodolfo Ferrer

El clima es mediterráneo, de temperaturas templadas con verano seco, y condicionado por la altitud y por cierta protección de los relieves prelitorales que le proporcionan cierto aislamiento. La amplitud térmica estacional es de 15 grados C, entre los 8 grados de invierno y los 23 grados de verano. Las precipitaciones se concentran en los equinocios, en particular en otoño, y el verano es especialmente seco. En total se recogen algo más de 600 mm anuales.

La hidrogeología de Tàrbena da lugar a varias fuentes, como las de Olvís, Albica, Coll de Rates, Grossa, Rabosa, Benisalim y Azud. No hay río principal, sí en cambio varios barrancos cuyo régimen fluvial está condicionado por el comportamiento de las precipitaciones. Por lo tanto, cursos intermitentes, con prolongados estiajes. Sobresalen los barrancos de Les Viudes (donde se practica el barranquismo), La Murta, La Falsia, y el barranco de Vinarreal, que es la cabecera del río Algar.

Carrer Sant Josep. Rodolfo Ferrer

Una economía tradicional, condicionada por el turismo

Tàrbena es territorio de espacios forestales y matorrales, que ocupan unos 25 km2, mientras que la agricultura de secano es la protagonista con más de 350 hectáreas. El regadío en cambio apenas ocupa unas 60 hectáreas. Actualmente la superficie agrícola irrigada se compone de 12 Ha de hortalizas, unas 10 Ha de cítricos, 15 Ha de frutales de pepita, 30 Ha de cerezos y guindos, y unas 10 Ha de frutales de hueso.

En el secano sobresale el olivo, con unas 150 Ha, seguido del almendro (75 Ha), y el algarrobo (8 Ha). Tàrbena llegó a tener más de 500 Ha de almendros cuya producción era consumida mayoritariamente por la industria turronera de la vecina Xixona, la Vila Joiosa y la capital, Alicante; y destacó además por el cultivo de los viñedos de moscatel.

La hidrogeología de Tàrbena da lugar a varias fuentes, como las de Olvís, Albica, Coll de Rates, Grossa, Rabosa, Benisalim y Azud.

La proximidad de Benidorm, Altea y otros núcleos turísticos litorales ha generado que en las últimas décadas haya una actividad turística cada vez más dinámica, que descansa en el turismo residencial, la transformación de viviendas para nuevos residentes, y de la misma manera, en el turismo gastronómico, como es el caso de la afamada sobrasada de Tàrbena. Se trata de un embutido característico de este pueblo, que se elabora siguiendo las recetas mallorquinas. Cuenta con una interesante oferta de alojamientos rurales.

Vista desde el Castell. Rodolfo Ferrer

Apuntes históricos y proceso de despoblación

Hay restos de pinturas rupestres en la Coveta de les Lletres, concretamente de arte esquemático, y en el barranco del Xorquet, de arte levantino. Hay además restos neolíticos en la Cova de Dalt, y de poblado ibérico en la zona del castillo.

El castillo de Tàrbena se encuentra en ruinas, en la parte central del valle de Tàrbena. Su recinto alberga restos de algunos elementos constructivos, como el aljibe. De origen musulmán, fue ocupado y reformado por los cristianos. Existen referencias del castillo en 1237, integrado en el territorio de Al-Azraq. Estuvo bajo el dominio de Berenguer de Capraria, a finales del siglo XIII, y posteriormente, de Bernardo de Sarriá, el infante Pedro o el conde de Castrillo.

Sufrió los efectos de la expulsión de los moriscos de principios del siglo XVII, de manera que un centenar de familias abandonaron Tàrbena. Fue repoblada por colonos mallorquines, unas 26 familias había en 1646. Desde entonces la población fue aumentando hasta alcanzar los 1.228 habitantes en 1787 y 1.702 en 1857.

En 1900 había 1.510 taberners, y unos 1.550 en 1920. Desde entonces la población se redujo: 1.410 en 1930 y 1.420 en 1940, a 1.050 en 1960, y 720 en 1981.

Vista desde el Castell y Serra del Carrascar. Rodolfo Ferrer

La emigración hacia el norte de África, Argelia concretamente, y a América, posteriormente a Europa (Francia y Alemania), y finalmente en los núcleos próximos del litoral, conforme el turismo fue creciendo y atrayendo taberners a la costa.

Desde entonces se ha mantenido en esos valores e incluso aumentando un centenar de vecinos, en torno a 800, en 2010-2013. En los últimos años, de nuevo, un retroceso demográfico, hasta alcanzar los 642 habitantes en 2021. Llama la atención los nuevos pobladores que han ido instalándose en las últimas décadas en Tàrbena, tanto en el pueblo como en viviendas diseminadas, como consecuencia de la rehabilitación de antiguos rius-raus, así como la construcción de viviendas unifamiliares.

Un pueblo con atractivos patrimoniales

La trama urbana de Tàrbena se articula en torno a la plaza Mayor o de la Iglesia, en la cual confluyen varias calles, la de San Miguel, San Rafael y Santá Bárbara. Además, destacan en el callejero las calles de San Antonio, y Santa Margalida; así como los lavaderos de la Font de Baix, el Museo Etnológico y la Iglesia parroquial. Ésta está

dedicada a Santa Bárbara, de planta rectangular y torre campanario cuadrada, data del siglo XVIII, con rasgos barrocos en su bóveda, y con decorados de gran belleza. Es Bien de Relevancia Local, BRL. La fuente oral popular afirma que la iglesia de Tàrbena es una obra “del pueblo”, pues los agricultores de la época de su construcción, aportaban al finalizar su jornada laboral en el campo material para contribuir a su construcción.

Castell de Tàrbena. Rodolfo Ferrer

Rutas de interés en Tàrbena

Ruta de la Caseta dels Moros. Un recorrido que permite acceder a un lugar de gran interés paisajístico, un excelente mirador de paisajes de la Marina Baixa, desde un altozano de unos 700 msnm.

Ruta PR-CV 145, de la Font dels Olbis. De dificultad media y una longitud de unos 15 kilómetros, permite acceder al Mirador de la Vall de Tàrbena, y el Coll de Rates.

Ruta PR-CV 146, de Picassàries. De dificultad media y una longitud de unos 11 kilómetros, permite al visitante pasear por los antiguos caseríos de la Vall de Tàrbena, y su recorrido discurre por la Font de Benissalim, la Font Blanca, la Font dels Tarongers, y la Font d´Albicà.

Ruta PR-CV 46, de Callosa d´en Sarrià-Tàrbena-Castell de Castells. Un recorrido circular de dificultad media, y algo más de unas 7 horas de duración. Un trazado interesante, que permite alcanzar la Penya de les Cabres, y el Coll de Bijauca.