CANET LO ROIG, paisaje cultural de olivos milenarios

Canet lo Roig es un municipio de la comarca castellonense del Baix Maestrat, en el extremo septentrional de la Comunitat Valenciana. Su término se asienta en una fosa de materiales arcillosos.

Municipio al cual se accede por la carretera CV-113, por el sur, desde la N-232 (Vinaròs-Morella), hacia el norte, a la CV-110, Sant Rafael del Río a Rossell. Se halla a unos 25 km al oeste de Vinaròs.

Limita su término con Rossell, por el norte; San Rafael del Río y Traiguera, por el este; La Jana y Xert, por el sur; y Vallibona y Xert, por el oeste.

Cuenta con una superficie de 68,7 km2, y su densidad de población es de 10,2 hab/km2.

Su geografía es predominantemente llana; forma parte de una fosa delimitada por las alienaciones paralelas de la Valldàngel (948 msnm) y la sierra Sola (541 msnm). Destacan como elementos físicos en el este, la Sierra de San Pedro; en el sur, el Barranco de la Font de la Roca; y en la parte central, una pequeña colina que acoge al pueblo de Canet lo Roig.

La red hidrográfica a través de varios barrancos drena hacia el río Cèrvol, o en el barranco de la Barbiguera.

Íberos, romanos, musulmanes y cristianos

En la parte alta del pueblo, en la colina, existía un poblado del bronce final y primera edad del hierro. Perduró hasta la romanización, es decir, hasta finales del siglo III antes de Cristo.

Con la romanización, la sociedad local abandonó las partes altas, y se estableció en los llanos y en las zonas fértiles, para la producción de cereales y otros cultivos mediterráneos. Durante el siglo XIII hay constancia que Canet lo Roig fue territorio de frontera entre musulmanes y cristianos. Durante el siglo XIV formaba parte de los territorios del castillo de Cervera del Maestre, y fue cuando fue construida una fortaleza-iglesia, concretamente sobre el antiguo poblamiento histórico. Perteneció a los Hospitalarios de la Orden de San Juan. Posteriormente fue señorío de la Orden de Montesa, entre los siglos XIV y XIX. Desde el siglo XVI (1540) es villa independiente.

Durante el siglo XVI la población aumentó, pasó de unos 650 habitantes a unos 1.300; para descender posteriormente (900 en 1713). Durante los siglos XVIII y XIX volvió a recuperarse, hasta alcanzar los 2.400 canetanos en 1900.

Evolución demográfica: la despoblación

Los canetanos representaban 2.464 en 1910. Desde entonces se ha reducido la población, de manera que en la actualidad residen un 27% de los vecinos de entonces.

En 1940 había 2.029 canetanos, en 1970, 1.463. En 1993 se redujo a menos de 1.000 habitantes (999), en 2010 había 870, y en 2022, 680. El 50 % son nacidos en Canet lo Roig, y el 22,5%, en Castellón. El 10 % son extranjeros, de los cuales destacan los rumanos y los latinoamericanos.

El 33 % de la población tiene más de 65 años, mientras que los jóvenes con menos de 20 años, representan sólo el 13%. En los últimos 10 años ha habido 50 nacimientos y 117 defunciones.

El paisaje de Canet lo Roig está dibujado por los trazos de un paisaje agrario basado en el olivo milenario, más de un millar se distribuyen por el término. Se cultivan más de 2.700 hectáreas de olivos, más del 90% de la superficie cultivada del término.

Un pueblo singular

El núcleo histórico de Canet Lo Roig está delimitado por las calles San Miguel, Iglesia, San Antonio, San Roque y plaza de España, y varias callejuelas como Santa Lucía, Escuela, Espalats y Peix.

En la Calle Iglesia se localiza el Ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel.

Ésta tiene un formato de Iglesia-Fortaleza. Se encuentra en la parte alta del pueblo y se asienta sobre una construcción original de finales del siglo XIII; es de estilo románico tardío. Sin embargo, se encuentran elementos góticos y renancentistas como consecuencia de las numerosas reconstrucciones. En la parte posterior de esta construcción se alza la antigua cárcel medieval, junto al Portal de les Mongetades.

La ampliación del pueblo se realizó por el norte y este, teniendo como referencia las calles de Arrabal, Avenida de la Constitución, Vinaròs, Isabel Llombart, Calvario y San Nicolás.

Hallamos las ermitas de San Isabel, de nave única y bóveda de cañón apuntada, en un paraje de cipreses y chopos, junto a la carretera; y la del Calvario, con cúpula central de planta dodecagonal.

Los paisajes agrarios y el patrimonio rural

Dominio del olivo, que ocupa 2.724 hectáreas. El almendro le sigue, pero a distancia, con 160 hectáreas. El resto de cultivos se distribuyen entre cereales, unas 30 hectáreas, algunos frutales (manzanos, melocotoneros, cerezos), unas 10 hectáreas; algarrobos, con 8 ha. En total se cultivan unas 2.950 hectáreas, apenas unas 10 ha en regadío.

Para el regadío se servían de norias movidas por animales de tiro; destaca la monumental noria conocida como la Sénia de Marimón.

El paisaje de Canet lo Roig está dominado por sus olivos milenarios, que abrazan al pueblo por los cuatro puntos cardinales. El aceite obtenido es de gran calidad.

En 2023 la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha concedido al Territorio del Sénia y sus olivos milenarios el reconocimiento de SIPAM, Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, que es la máxima distinción que identifica espacios únicos que destacan por sus valores paisajísticos, agronómicos, culturales y antropológicos. Está integrado por 27 municipios, de los cuales 15 son castellonenses; se han catalogado unos 7.000 olivos milenarios, de los cuales unos 1.100 se hallan en Canet lo Roig. Se trata de una combinación entre paisajes naturales y antropizados singulares, y unas prácticas agrícolas tradicionales que permiten el mantenimiento de la biodiversidad, tradición e innovación.

Rutas patrimoniales, experiencias para los sentidos

1-. Destaca la Ruta de los Olivos Milenarios, organizada desde 2012 por el Ayuntamiento. Se basa en los olivos milenarios, con más de 1.100 ejemplares, caracterizados por sus singulares formas. Como anécdota subrayamos la presencia del olivo protagonista de la película “El Olivo’”, dirigida por Iciar Bollaín, y cuya edad se estima en unos 1.500 años.

Se trata de una oferta de rutas programadas, en donde se combina el patrimonio paisajístico de los olivos milenarios con experiencias inspiradas en la biodiversidad, las fuentes, el patrimonio del cielo, la música y el patrimonio natural cañetano.

2-. La Ruta de las Fuentes. Son abundantes en su término municipal, y algunas de ellas con un especial atractivo. Destacan la Fuente de Vilagrós, con grabados de origen romano, con una bóveda de cañón; la Fuente del Canal o Font de la Vila, que incluye el conjunto de lavadero, abrevadero y una antigua bóveda; la Fuente de la Fontanella, que estaba destinada a fines agropecuarios; y la Font de la Roca, junto a restos arqueológicos de origen íbero-romano.