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Dani Pendín siempre se ha caracterizado por su honestidad y franqueza. Nunca se ha escondido cuando ha tenido que dar la cara. Directo como pocos en el vestuario del Club Deportivo Castellón, reconoce que los jugadores deben agradecer a la afición su comportamiento ejemplar a pesar del pobre rendimiento del equipo, colista de la Liga Adelante, a 12 puntos de la permanencia y virtualmente descendido a Segunda División B.

«En otros sitios, como en el Xerez, nos habrían matado por lo que estamos haciendo. Nunca me han tratado con el respeto que lo han hecho aquí en los 14 años que llevo en España. Personalmente estoy en deuda con el club. No he rendido ni la mitad que en otros equipos. Tengo contrato hasta el 30 de junio y lucharé al máximo, porque me gustaría irme con el conjunto en Segunda División», sostiene.

Repartir las culpas

Pendín advierte que no sólo la plantilla tiene parte de culpa de la actual situación deportiva. Además de los futbolistas y cuerpo técnico, existen otros responsables dentro la entidad. «Es posible que Osuna se haya equivocado con los fichajes, pero no tenemos tan mal equipo como para ser colistas», aclara.

El centrocampista italo-argentino se resiste a creer que el Castellón ya no tiene nada que hacer, quedando todavía 14 jornadas para concluir el campeonato, es decir, 42 puntos en juego –con 29 se obraría el milagro–.

«Nunca arrojo la toalla. Es muy normal que la gente esté desilusionada, pero no me gusta pensar que está todo hecho. Está dificilísimo pero no voy a resignarme hasta que no se consuma matemáticamente el descenso. No nos podemos resignar ahora. Faltan catorce partidos y esto no está consumado todavía. Es difícil, pero no arrojamos la toalla».

«Soy de cabeza dura y por más que esté debajo del agua sigo combatiendo. Hemos ganado pocos encuentros, pero todo depende de nuestro trabajo. El mensaje que tenemos que trasmitir es que esto no se ha acabado todavía. Por respeto a los aficionados y a este club nos debemos a esta camiseta hasta el final», añade.

En este sentido, Pendín recuerda su etapa en el Xerez, antes de fichar por el Castellón. «Estaba en una situación parecida a la nuestra. Tenían un par de puntos más que nosotros a estas alturas y ganó los partidos que jugaba en casa. Al final consiguió la permanencia tras vencer al Elche», explica.

No obstante, al Castellón le faltan muchas cosas. Por ejemplo, mostrar solvencia en el estadio Castalia, donde no gana desde el 29 de noviembre de 2009 (2-1 al Real Murcia). «Hemos desaprovechado dos oportunidades en casa ante el Real Unión y Girona. Ya no teníamos margen de error, pero ahora menos. Hay que sacar todo lo que podamos fuera de casa y ganar los ocho partidos que tenemos en casa. Podemos llegar al final de la competición con opciones», concluye.