El espectacular fuego que en la noche del domingo al lunes arrasó la marjal de Peñíscola arrasó 25 hectáreas de vegetación y cultivo y puso en jaque la considerada reserva mundial del samaruc. El Consorcio de Bomberos de Castelló dio ayer por extinguido oficialmente el incendio en torno a las 17.00 horas. Con ello, la triste imagen que dejan las llamas es un olor a chamusquina y un negro intenso en una superficie deforestada de gran extensión. Fue la acequia Templera la que frenó el avance de las llamas, animadas por las fuertes rachas de viento que soplaban en aquel momento.

Los grupos ecologistas de la comarca consideraron el incendio como un desastre ambiental y un mazazo a la delicada zona húmeda al tratarse de uno de los mayores incendios que se recuerdan en la zona. Ecologistas en Acción del País Valencià (EAPV), a través de su portavoz Quique Luque, remarcó que el marjal es una zona protegida por lo que está incluido en la Red Natura 2000 bajo la figura de Lugar de Interés Comunitario (LIC). Además, se trata de una zona húmeda incluida dentro del programa LIFE de la Unión Europea y una de las 14 zonas húmedas catalogadas por la Conselleria de Medio Ambiente.

«Posee una de las mejores poblaciones naturales de todo el mundo de samaruc y es el único lugar de Europa donde se encuentra el gasterópodo centroafricano Melanoides tuberculata -conocido como fartet», señaló Luque. Los ecologistas aseguraron que, por fortuna, este incendio se ha producido antes del mes de abril, cuando llegan las especies migratorias que nidifican en la zona hasta después del verano.

El fuego llegó a tres casetas de la zona más meridional de la zona húmeda. Se desconocen las causas. Una vecina avisó a los servicios de emergencia cuando únicamente ardían dos metros cuadrados. El viento hizo el resto. El fuego y el intenso humo obligó a desalojar a los 500 ocupantes de cientos de caravanas, mayoritariamente de jubilados de centroeuropa, alojados en el camping Edén. Hacia la una de la madrugada pudieron volver a sus casas móviles después de pasar varias horas en los comedores y cafetería del hotel.

Reacciones

El alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, declaró ayer que por fortuna no hay que lamentar daños personales y calificó el incendio en este paraje de «pérdida incalculable», que hubiese podido acabar en tragedia «si la actuación de los equipos de emergencia no hubiese sido tan rápida, tan coordinada y eficaz». Según Martínez, los trabajos de limpieza y desbroce realizados recientemente por el área de Medio Ambiente, contribuyeron a frenar el avance de las llamas. Por su parte el edil de Turismo, Rafael Suescun, se mostró confiado en que el incendio no afectará al turismo «ya que incendios como el vivido han pasado siempre». Según Suescun, «antiguamente se encendía artificialmente para limpiarlo todo. Hoy esto ya no se hace por los valores que tiene, pero se recuperará».

En las labores de extinción del incendio participaron cuatro brigadas de la Generalitat Valenciana, dotaciones de bomberos de los parques de Morella, Benicarló, Oropesa y Nules y voluntarios de Morella.