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Manuel Arranz, escritor

"El amor es una obligación"

Se titula Pornografía porque el amor lo es a la misma altura que la escritura. Cita a Wittgenstein porque «el mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices»

"El amor es una obligación"

Novela Un gato simpático, que miente al decir que no es un corredor de fondo, escribe una novela «corta» de amor con abundantes citas, que no cita, y que titula Pornografía. Parece que haya gato encerrado, seguramente, en el aliento del amor, el elixir de la juventud, aún a la tercera (edad) y a la primera (novela).

¿Es oportuno hablar de amor en un diario?

Creo que ni hablar ni siquiera escribir un libro de amor es oportuno. Sería inútil en el sentido que cita Nuccio Ordine.

La utilidad de lo inútil…

Pornografía era un libro que quería escribir hace tiempo. Lo curioso es que no es oportuno hablar de una historia de amor y sí sobre los delirios que se escriben de una historia de la masonería, pongamos por caso.

¿La inutilidad del conocimiento?

Es fundamental.

Ya hay novelas de amor. ¿Una más?

No me gustaría que fuera una más. Por eso la llamo Pornografía. El título es lo más pornográfico, porque la novela cuenta una historia de amor. Y el amor lo es de la misma forma que escribir es pornográfico. Supongo que obsceno es una palabra más aceptable. Lo podemos reconocer fácilmente; en cambio, la pornografía nos avergüenza.

¿De la ficción salen las ideas?

La ficción tiene más valor.

Entonces ¿o ficción o ficción?

Novela pero de la buena, que hay. La novela es el arte de nuestro tiempo. Por encima de la poesía o del teatro.

¿Y qué hay de verdad en la ficción?

Pornografía trata de una experiencia amorosa, no una cualquiera. Sobre la soledad también, sobre la pérdida, una de esas experiencias que solo se dan una vez en la vida y dejan el alma…

¿Una cabeza palpita como un corazón?

Eso es Pascal. A lo mejor hay que pensar con el corazón y sentir con la cabeza.

Si la vida es una cuestión de intensidad, ¿el amor lo es de vibración?

A lo mejor es al revés. El amor es la intensidad y la vida vibración.

¿El amor es caprichoso?

El amor es necesario.

¿La memoria es caprichosa?

Es solo una manera de expresarlo. Probablemente no lo sea exactamente.

¿El amor evade?

Evidentemente. Pero no es eso. El amor es una especie de destino. La literatura a lo mejor también. Es una cosa muy seria.

¿Estamos todos solos?

Sí.

¿Y compartirnos es engañarnos?

No y sí, por descontado. Pero vamos, cuando se produce un encuentro astral te das cuenta. Es una cuestión de vibración. Lo otro son subterfugios o sucedáneos.

¿Te amaré para siempre?

Lo contrario sería terrible. Te amaré mientras duré el amor, por ejemplo. No se puede amar de una forma condicional.

¿La ficción acaba siendo realidad?

Solo si dura toda la vida.

¿El amor lo conocen todos los humanos?

No es que me precie de haberlo conocido, pero no creo que se nos dé por añadidura.

¿El amor nos iguala como la muerte?

Sí.

¿Es un derecho?

El amor es una obligación.

¿Un derecho humano?

Todos tenemos derecho a ser felices, al amor. No estoy seguro. No está recogido en la Constitución, donde están los derechos fundamentales. A lo mejor es más una obligación.

¿Se puede vivir de otra manera que no sea edénicamente?

Eso dice Ionesco. Vivimos de una manera que no es edénica, pero no se debería.

¿Con que órgano escribe usted?

Con la mano, a lápiz. Tengo ideas cortas, que escribo en fichas, enumero, acumulo, entremezclo y tiro para ponerme a escribir.

¿El sonido del lápiz?

Es posible. Escribo, tacho mucho. Antes de escribir algo no sé lo que va a ser.

Mucha cita implícita, apócrifa.

Puede que en ocasiones esté citando sin saberlo. Algo frecuente en la vida. Hacemos nuestras opiniones que hemos leído en alguna parte.

¿Es amigo de la copia libre?

Soy amigo del plagio.

El que copia ¿es el genio?

Un buen plagio no tiene precio. Tengo un texto que se llama A favor del plagio.

¿Quería ser bibliotecario?

Nunca. Soy documentalista, una forma cursi de llamar a un bibliotecario. Fue por azar.

¿Ese que no existe?

Yo entré a trabajar en el manicomio de Bétera como bibliotecario y sigo como documentalista en una escuela de salud pública. Vocacional era escribir, que me costó mucho trabajo.

Nunca es tarde si la dicha es buena…

Ya había escrito un par de colecciones de relatos, un libro de aforismos y una recopilación de ensayos, ambas con Pre-textos. La primera es Voy a hablaros de vosotros, y ahí sí que había relatos pornográficos. Y novela no. Fueron los editores de Periférica los que la calificaron así y me pareció bien. No creo que la novela se defina por la extensión.

Tampoco por su fracción.

Pornografía es un texto hecho de fragmentos en el que intervienen el hilo del relato compuesto de recuerdos, otros que aparentemente no tienen nada que ver, pequeñas historias… hilos que se tejen y destejen, capas que se superponen y convergen a un mismo fin: la historia de amor. El libro conserva la fragmentación de esa experiencia, o no la ha sabido resolver.

¿Como en la vida?

En la vida no llevamos una vida lineal, no tenemos claro lo que es causa y efecto. Volvemos sobre el camino, nos paramos a pensar, o a ver la lluvia, recordamos, olvidamos, nos contradecimos, nos emocionamos. ¿Quién puede decir que comprende el porqué de todo lo que le sucede?»

¿Y cuáles son sus novelas pornográficas favoritas?

Pues mira, una de ellas, Las once mil vergas de Apollinaire. Por su puesto, las vergas son los once mil latigazos que recibe el pobre protagonista.

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