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Material sensible

Primera vuelta

Hubo una vez, al poco de comenzar con estos papeles, en que me vi envuelto en una polémica en la que me cayó la del pulpo, vaya. Total, por meterme con un artista malo, lo que se saldó con un montón de Cartas al Director de una secta de fanáticos pidiendo mi cabeza (literalmente). Hubo otra en que por contestar al artículo de un redactor, el director (de entonces) no publicó mi columna, lo digo porque a ver si esta vez, y sin señalar, la sangre no llega al río y ni siquiera la hay.

Para comenzar por el principio, o sea por el final, que a José M. Cortés no le guste la pintura aún está por ver (entre otras cosas porque todo está por ver). Se me ocurre ahora que tal vez lo que no le guste sea la pintureta. Cuando fue elegido director del IVAM precisamente, el malogrado Evarist Navarro me decía: «Cortés era la mejor opción, le gusta la pintura y la escultura, y no los papelotes y los archivos» (sic), y me merece mayor respeto el criterio de un artista que el de los que no se manchan las manos.

En cuanto a una hipotética transición, ¿acaso un museo es un país o un estado? ¿Por qué no ponerlo todo patas arriba? ¿Pasa algo? Sobre todo teniendo en cuenta la herencia recibida. Lo mejor que podría hacerse con la Herencia Consuelo es enterrarla. Abajo el consuelismo. Y sí. Consuelo firmaba exposiciones como un notario, con la diferencia de que un notario firma y cobra y Consuelo firmaba exposiciones para sus amiguitos sin cobrar (creo).

Y no entiendo por qué un director de museo no puede tener sus rarezas, obsesiones y excentricidades. ¿Acaso esas obsesiones y rarezas no nos procuran a veces grandes exposiciones, nuevos conceptos (intrínsecos; puestos ahora al descubierto), nuevas miradas sobre un artista, grupo o tendencia? A un director de museo se le elige por su conocimiento y visión de la Historia del Arte y de la actualidad del mismo y también por sus rarezas, obsesiones y excentricidades. Todo eso presupone al arte y no los cuadritos de la señorita Pepis.

Y si hay que cambiar de rumbo „aunque duela„, pues se cambia.

Circuito de Cheste. Gran Premio de moto GP. En la primera vuelta Marc Márquez va el octavo. Ha soltado el gas un momento para rascarse en el cuello (que le picaba). En la tribuna de prensa salta un cenizo: «huy, este chico ha perdido la carrera». En la última vuelta Márquez va el segundo y puede adelantar a Rossi antes de la recta de meta.

Cortés aún no ha montado una sola exposición, ¿no es un poco temprano para enjuiciar? Si en la tercera vuelta cae ya podremos (podremos) comenzar a criticar. Mientras tanto dejen tranquilo al chico, jolines.

www.joanverdu.es

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