GaleríaAbierta

Frágiles cuerdas

Broken bubble

Broken bubble

por Isabel Pérez

Varias técnicas

Interlinks

Sala de Exposiciones de la Universidad Miguel Hernández. Edificio de Rectorado. Av. de la Universidad s/n. Elche. Hasta el 12 de enero

Morires un arte, como todoYo lo hago excepcionalmente bien

Estas líneas escritas por Sylvia Plath podrían perfectamente ser el resumen de esta tremenda, magnífica exposición. El dolor acerado y recurrente, o quizás el íntimo convencimiento de que ya no puedes controlar tu vida, el prolongado y lúgubre túnel en que parece haberse convertido la existencia, son motivos para, tras varios e intensos periodos de reflexión, apartarse de la escena, desaparecer para siempre. El suicida dice no tener ninguna atracción por la muerte, pero lo cierto es que no deja de pensar en ella. La autora mencionada escribió en su única novela La campana de cristal «Nada tenía que ver conmigo, pero no podía evitar preguntarme cómo sería ser electrocutado». Lo escribió pocas semanas antes de poner fin a su vida.

Hugo Martínez-Tormo (Valencia, 1979) relata en primera persona cada uno de esos momentos en que ha caído en los infiernos, en los que ha deseado, necesitado diríamos, autodestruirse, ya sea picando piedra, arrollado por un tren, lacerado o inmolado. Cada video, cada performance es un momento catártico, una necesidad angustiosa de reiniciarse y renacer cual ave fénix. Lo realmente extraordinario no es solamente que cada una de sus acciones y los elementos que acompañan al video „los sacos de piedra y arena picados por él, o la reproducción de sus brazos, la destructora de papel, las cenizas o los trocitos de papel metidos en un tarro de cristal„ son realmente hermosos, aunque esta palabra resulte chocante hablando de dolor, angustia y soledad. Lo increíble, como decimos, es que su catarsis es un poco también la de cada uno de los espectadores; como si, tras visionar su destrucción y posterior reset, nos invitara a reiniciar nuestro personal programa. Y lo consigue.

Sin embargo, Interlinks, que así se llama la muestra, no es la autodestrucción del autor, o no únicamente. Profundizando en su formación, recorrido artístico y empeño en conectar el arte con la ciencia y la tecnología, cada uno de estos aparentes suicidios podría interpretarse asimismo como una llamada de atención hacia la pavorosa devastación que le estamos infligiendo a nuestro entorno. Porque él es de los convencidos de que vivimos en un mundo en el que todo está imbricado, la llamada teoría de la cuerdas donde cada elemento está interrelacionado. Un universo en el que las fuerzas de la naturaleza, quarks, electrones y neutrinos interactúan constantemente y lo que alteremos a los unos puede suponer la convulsión y posible destrucción de los otros. Es cierto que en esta teoría, en este modelo de comportamiento donde fuerzas y partículas actúan con rigorosa disciplina aparece, como no podía ser menos, una excepción, la gravedad. Probablemente la excepción, en esta muestra, sea la perseverancia del autor por hallar la luz al final del túnel.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents