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El pueblo y los traidores

El pueblo y los traidores

He leído, siempre con atención y provecho, algunas de las grandes obras del historiador británico Paul Preston sobre la historia reciente de España. En concreto, Franco: Caudillo de España (1993), El holocausto español: Odio y exterminio en la guerra civil y después (2011), El zorro rojo: La vida de Santiago Carrillo (2013) y El final de la guerra (2014). Todos ellos son libros monumentales, especialmente el dedicado a la figura de Franco, con una impresionante base documental y escritos de manera ágil y muy comunicativa.

Al comenzar a leer Un pueblo traicionado: España de 1874 a nuestros días. Corrupción, incompetencia política y división social (2019), no esperaba encontrar grandes novedades sobre lo que ya había conocido a través de las obras. Me equivocaba, porque Preston siempre ofrece más información en cada nuevo libro. Además, mientras los anteriormente citados están en torno a la Guerra Civil, este último se extiende desde la Restauración hasta la actualidad. Así pues, además de su visión ya conocida sobre la guerra y el franquismo, Preston ofrece una igualmente documentada narración sobre la Restauración, las dictaduras de Primo de Rivera y Berenguer, y después sobre la Transición y el recorrido de la restaurada democracia española hasta la actualidad.

Pero otra novedad, y más importante si cabe, es la enunciada en el subtítulo que es una especie de hilo conductor: Corrupción, incompetencia política y división social. Preston invoca a José Ortega y Gasset, Antonio Machado, Richard Ford y Gerald Brenan para sostener la tesis del gran pueblo traicionado por unos dirigentes a menudo autoritarios, golpistas, incompetentes y corruptos. La traducción de Jordi Ainaud es clara y muy bien escrita, al servicio de un original inglés que se adivina extraordinariamente claro y magistralmente sintético. A través de sus páginas se recorre con extraordinaria amenidad la historia española desde finales del siglo XIX hasta la muy reciente actualidad política.

En ese viaje la base documental de que hace gala Preston permite conocer con gran detalle la corrupción de Lerroux, las payasadas del dictador Primo de Rivera, así como la crueldad extrema y la corrupción generalizada en la dictadura de Franco. Y después hay un completo recorrido por la democracia reciente que pone de relieve todos los múltiples casos de probada o presunta corrupción, sin olvidar las aventuras del rey Juan Carlos, Corinna y el propio Eduardo Zaplana, acerca de cuyas idas y venidas ilustra con profusión Levante-EMV en los últimos tiempos.

Pero no es menos importante que Preston destaca en este recorrido, además de males que parecen endémicos como la corrupción y la división social, otra especie de plaga: la incompetencia política. Hay de ella abundantes casos, con resultados desastrosos para el «pueblo traicionado» que describe el autor. «El desarrollo de los años noventa fomentó la corrupción y fue testigo de una incompetencia política sin precedentes», escribe Preston. Por desgracia, esa incompetencia llega hasta la actualidad, es transversal entre las opciones políticas y se sigue manifestando con insolente impunidad y consecuencias devastadoras para la gestión de los asuntos públicos.

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