La semana que viene tendrán lugar las ferias ARCO y JustMAD en Madrid, cita anual imprescindible para los amantes del arte contemporáneo, que por medidas sanitarias relacionadas con la pandemia de coronavirus se han visto aplazadas de febrero a junio.
Desde València algunos agentes culturales nos preguntamos qué aporta ahora mismo el desplazamiento a un recinto ferial que centralice la oferta del mercado del arte. ¿Sigue siendo necesario acudir a ferias en otras ciudades para la supervivencia de las galerías? ¿Hasta qué punto es preferible concentrar energías en el propio contexto?
Galería Cuatro, que este año ha cumplido cuatro décadas de trayectoria, afianza su trabajo en un inteligente ejercicio de resistencia ante la crisis. Su joven director artístico, David Castillo, comisaría una ciclo expositivo enfocado al apoyo de artistas cuya trayectoria se halla vinculada a la Comunitat Valenciana y toma el espacio, dirigido por su padre, Miguel Castillo, como centro de operaciones.
Hasta el 15 de septiembre puede visitarse en su sede de la calle La Nau 25 la exposición colectiva «Summer Colors» que, lejos de constituir la típica colectiva de verano en la que pudiera caber todo, traza una serie de diálogos cruzados entre nada menos que quince artistas cuyas obras tienen rasgos en común poco evidentes.
Se trata de un recorrido que cuenta con piezas recientes de Carmen Giménez, David de Limón, David Pellicer, Fumiko Negishi, Gil Romaguera, Gui Zagonel, La Nena Wapa, Mapi Gómez, Miguel Oñate, Patricia Bonet, Perceval Graells, Tatiana Roig, Toya García Senra, Vicente Marzal y Vinz Feel Free. Conjugando distintos estilos pictóricos y escultóricos, con el hilo conductor de las emociones que son capaces de provocar los colores, encontramos abstracción, figuración, collage y arte urbano llevado al lienzo.
David Castillo hace hincapié en la búsqueda de una experiencia sensorial para que público recupere cierto tono y declara: «Despertar las emociones del espectador es la finalidad de esta exposición que presentamos como apertura del verano y que creemos, es necesaria para la sociedad valenciana. Tras más de un año de restricciones, desazón, incertidumbre y tristeza, desde Galería Cuatro queremos que quien entre en nuestro espacio se vaya con una sonrisa, con una sensación positiva y con ganas de disfrutar de la vida como antes».
A tal loable cometido contribuyen los paisajes oníricos de Negishi y Romaguera, pero también la frescura de las composiciones geométricas de Oñate o Zagonel. Este último proviene del street art y conecta la pintura con el estilo reconocible de los murales de La Nena Wapa y David de Limón. También con las figuras antropomórficas de Vinz que aproxima el grafiti a un público no necesariamente familiarizado con ese lenguaje y sin embargo ávido de imaginación. Su proyecto «Feel Free», expresión que va unida a su nombre, se materializa a través de collages fotográficos para los cuerpos, combinados con dibujos de cabezas y detalles, sugiriendo mezclas de ensueño entre animales y personas.
Destaca el trabajo de Tatiana Roig, apasionada de las texturas y de lo que ella denomina cuadros-escultura, en una variedad de formatos al alcance del coleccionismo joven. Roig colabora con arquitectos e interioristas de València en proyectos internacionales de decoración artística, promoviendo que el arte esté presente en nuestro día a día.
Ese espíritu de democratización del arte y ruptura con la idea de que coleccionar suponga un lujo es lo que mantiene a flote a las galerías que están sabiendo adaptarse a los tiempos que vivimos. La representación galerística como apoyo, acompañamiento y asesoramiento más allá de la labor comercial cobra sentido por encima del mero aporte de visibilidad. Porque en un presente interconectado donde las redes sociales de cada artista ya sirven de escaparate, tal vez las ferias no sean el mejor altavoz y lo que haya que visitar más son las galerías que se mantienen a pie de calle.
