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Teodicea y ciencia ficción

Una novela irrealista, sin localización, que se sostiene sobre cuatro narraciones sucesivas en primera persona, entre el deshielo, el verano y el crudo invierno.

Teodicea y ciencia ficción

Cortina Urdampilleta (Bilbao, 1983)es profesor de filosofía y narrador, como lo certifica este volumen. Pero tiene sobre todo una amplia producción académica. Ha publicado artículos sobre metafísica, filosofía de la historia y estética en autores del siglo XIX y XX. Sus últimos trabajos versan sobre romanticismo alemán y español (Schelling, Schopenhauer y Donoso Cortés). Del primero de ellos ha publicado Dante desde la perspectiva filosófica, de Friedrich von Schelling. Es Profesor Honorífico en la Universidad Complutense de Madrid y Profesor Invitado en el Centro de Estudios Teológicos San Agustín (asociado a la Universidad Pontificia de Salamanca). Ha publicado artículos en diversas publicaciones: El Mundo, El Cultural, El País, Claves de la Razón Práctica, La Revista de Occidente y Descubrir el Arte. En este año publica el ensayo Abisal, en esta misma editorial.

El libro que hoy comentamos tiene una estructura diafana con dos partes, tituladas precisamente Deshielo y ascensión; pero a su vez cada una de ellas se subdivide en otras dos: Hommststadt y La base Furth/Isoko Lithium 3000, así como Sitka y Abadía de Isenheim, respectivamente. La novela se configura como una suerte de Cuarteto de la Conferación del Norte, en el que cada relato está construido en primer persona, de personajes que van encabalgando el relato conforme a distintos géneros literarios:terror gótico-cinegético, novela formativa goethiana, biografia de artista y ciencia ficción de estricta observancia.

El texto es un hojaldrado de alusiones literarias, teológicas, arquitectónicas, pictóricas, místicas, audiovisuales, musicales, asi como eventuales parodias de argumentaciones more geométrico...

Deshielo y Ascensión ha sido avalado por reseñas admirativas de autores como Fernando Savater, Enrique Vila Matas o Luis Antonio de Villena, entre otros.

Cortina emplea a menudo expresiones de una gracia extravagante: sombra cirujana; cielo que corre a accidentarse; escupí los fetos del buho; un mono ártico comiendo ostras; tropezar charlas; dos esculturas inexpresivas como dos androides desconectados; descriptado el mensaje divino del fin del mundo; la mañana avanzaba apacible, sin sobresaltos, como una suelta de tortugas en la arena; manos de Flovic, dos mariposas de armonía cortesana; cautela vegetal; innobleza arácnida; piedad luminiscente y calmada de fra Angelico; botas magnéticas tintitean como una llovizna sobre chapa...

No le disgustan a Urdampilleta las nomenclaturas en parte fantaseadas: Ermita de fagobitos, religiosos con los estómagos astillados, con facciones de iconódulos e iconoclastas, que fueron muy problemáticos.Criptobobos, rabalcenos, rubalos. Folletinesco minimal. Pintor ártico-católico.Los fagobitas se arrodillaban en torno a los autómatas comecruces. Huerta robótica.La postura del abad en su cápsula era parecida a la del androide fagobita.

Urdampilleta tiene un notable talento para expresiones de naturaleza aforistica: Qué difícil recordar lo que uno ha dicho en alto y en bajo cuando se está solo. Muerte serena, dominada por las ganas de sestear. Las universidades se habían convertido en centros de reunión de autodidactas. Según mi sistema, los niños deberían tener un profesor particular de Dogmática y otro de Erudición. Silencio perfecto, ese filosófico estado humano de oración, de cálculo o de ira.Comprendo el pesimismo antropológico de tantos religioso de estos tiempos. Le respondí como se responde a la gente con carisma: de inmediato. Cuestiones profundas, que son siempre irresolubles. Un higienista es un guerrero.El hombre existe como técnica y no como mucosa redimible por la limpieza.Las estrellas son tumbas superiores para hombres superiores.La resurrección de los muertos tendrá lugar cuando cese el movimiento de los cuerpos celestes. Autor de culto, es decir, mensaje universal y una covacha infecta donde enhebrarlo y colorearlo...

Ofrece caracterizaciones o afirmaciones de los personajes maliciosas o encantadoras: Yo, un ingeniero senior muy reconocido, pero, lo admito, sin talento para los enigmáticos acertijos pseudoartísticos. Los retóricos sentimentales se me antojan buhoneros del espíritu, falsos profetas alcoholizados. Monsergas doctorales sobre el dogma trinitario en Anselm Des près. Tenia bajo tutela teológica a un ilustrado. Envidié al difunto al ver a su mujer. Intoxicados que vacian todo el cargador de su pistola en pobres gallinas. Subimos a las montañas porque son aristocráticas Mentían tranquilla, elegantemente. Recibe los proyectiles, recibe después el suelo. No me gustaba y me gustaba, intermitentemente. Me es muy difícil aceptar el folklore católico. La torpeza de una corazón vehemente y quizá noble, pero idiotizado por la paz.No hay tiempo intermedio en el que mi alma campe por nubes y purgue.

Cortina Urdampilleta no tiene ciertamente una especial propensión a cultivar la apacible y egregia tradición del locus amoenus. La atmosfera general de su narración es siniestra e inhóspita pero no se le puede recriminar por ello. Su libro es tendencialmente humoristico. Aunque, en ocasiones, una ironia demasiado obvia le resta efectividad narrativa y emocional a ciertos pasajes.

Deshielo y ascensión tiene unas 350 páginas. Quizá con 100 menos nos hubieramos apañado bien.

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