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Delicatessen cinéfilas

Un epistolario de los cineastas más relevantes de la historia, que relatan situaciones que han vivido, sentimientos más o menos ocultos o decisiones que han tomado.

Delicatessen cinéfilas

El carácter privado de una carta convierte al lector ajeno a ella en una suerte de inopinado voyeur. Si además el remitente es alguno de los cineastas más distinguidos de la historia del cine, tal condición tiene un indiscutible atractivo para todo devoto del arte de las imágenes móviles.

Dos expertos en estos asuntos -Garbiñe Ortega y Francisco Algarín- han reunido y editado unas cincuenta cartas de esta índole para la 12ª edición del Festival Internacional del Cine Documental de Navarra, y que ahora se publican.

¿Y qué nos encontramos? Un material muy heterogéneo, militantemente heterogéneo, tanto por las autores elegidos como por las peculiariadades del material: postales, telegramas, dibujos, textos escritos a mano o mecanografiados; todo lo cual les dota de un encantador aire arqueológico.

Consignaremos algunos casos:

Carta de Louis Lumière a Georges Méliès, de Manoel Oliveira a Serge Daney, de Allen Ginsberg a Charles Chaplin, de Jean Luc Godard a Phillipe Garrel, de Charles Chaplin a Dziga Vertov, de Jean Vigo a Jean Painlevé, de Robert Flaherty a Jean Renoir, de F.W.Murnau a un amigo anónimo, de Alain Resnais a Marguerite Duras, de P.P Pasolini a Jacques Tati, de Robert Kramer a Bob Dylan, de Serguei Einsenstein a Esfir Shub, de François Truffaut a Jean Renoir, de Jacques Rivette a Henri Langlois, de Stan Brakhage a Jonas Mekas, entre otros muchos.

En la introducción a este volumen, y citando un encomio de la literatura epistolar por parte de Pier Paolo Pasolini: «Para nosotros, incluso las lineas lanzadas a granel en el papel de una carta son poesía, la poesía más conmovedora», los editores justifican del siguiente modo su proyecto:

«Son precisamente estas ‘líneas lanzadas a granel’ las que abren mejor los túneles de la fantasía, del misterio y del descubrimiento, como, si de repente, estas cartas nos miraran, observaran nuestra infancia, de la misma forma que lo hacen nuestras películas más queridas, como apuntaba Serge Daney»(...) «Las correspondencias que se entregan a la poesía tipográfica, con sus errorres, sus puntuaciones arbitrarias, sus repeticiones y variaciones de tonos, sus huecos y orillas, sus bailes hechizados, parecen incluso, nos decimos, mirar a cámara. Esta escritura ‘lanzada a granel’ a veces aleatoria, desvela las capas más profundas de la personalidad de quien escribe. Y lo hace no solo por una cuestión grafológica, sino también porque dichas líneas parecen sobre todo el fruto de una escritura íntima en directo, aún no corrompida por la ley de la causa pública».

El tono general de estas cartas no es el de abordar los misterios eleusinos del cinematógrafo. Unos ejemplos:

De Lumière a Melies

Mi querido señor Meliès:

(...) Y justo esos dias tendré que viajar a Roma, donde he prometido acudir con motivo de la Sesión de Instituto Internacional del Cine Educativo. Usted me habla del 15 de octubre. ¿Han cambiado de fecha? Si fuera así, puede que haya vuelto a París por entonces. ¡Pero sería muy precipitado!

Lumière. Bandol 4 de septiembre de 1931.

De Eric Rohmer a Jacques Davila:

Querido Davila:

He visto su pelicula. Fue fascinante. Más aún: un shock. Del mismo tipo que el que senti una noche de 1946 o 1947, en el Studio Raspail, con la proyección de Les Dames du Bois de Boulogne. Al igual que Las damas fue una pelicula-faro en los años cincuenta, estoy convencido de que La Campagne de Cicerón será la de los años noventa.

De Pasolini a Allen Ginsberg:

Querido, angélico Ginsberg:

Ayer por la noche te escuché decir todo lo que se te pasaba por la cabeza sobre Nueva York y San Francisco, con sus flores. Ya te dije algo sobre Italia (las flores solo se encuentran en las floristerias). Tu burguesía es una burguesía de idiotas, mi burguesía es una burguesía de idiotas. Tu te rebelas contra la Locura con la Locura (entregando flores incluso a los policias); pero ¿cómo rebelarse contra la idiotez?

Milán, 18 de octubre 1967.

De Einenstein a Shub. Mexico, 4 julio 1931

«México es asombroso, sobre todo para mi. Imagina un país por el que se expande ...mi personalidad.. Ya conoces mi diapasón, de un feo rasgo a otro, y la disparidad entre todas mis pasiones e intereses.

Bueno, creo que ya te he mareado lo suficiente como castigo por tu falta de fe en mi.

Espero tus cartas -prontas y detalladas-: aqui sigo con toda mi alma.

Siempre tuyo, S.E.

Acerca de los criterios de ordenación y montaje de todos estos elementos, tan diversos, los editores afirman que más que una recopilación de cartas, de imágenes, este libro se plantea como una composición, una red de relaciones y yuxtaposiciones, que estimula nuestra intuición ante un encuentro posible. Argumentación sugestiva y vagarosa.

¿Qué decir de estas Correspondencias?

La propia existencia de un libro como éste -con su fetichismo historiografico, su aire de anticuariado conceptual- indica hasta qué punto la Cine es ya cosa del pretérito (a quienes lo hemos amado tanto nos invade en consecuencia una comprensible melancolia), aún a pesar de la creciente espectacularidad de cuantiosos festivales y del incremento exponencial de expertos y estudiosos; lo cual, paradójicamente, para la salud de un arte, no suele ser buena señal.

Por último, de los autores de esta compilación, digamos que Garbiñe Ortega se ocupa, entre otras cosas, de la «construcción de públicos» y Francisco Algarín es autor del estudio Escenas de la vida paralela. Las películas-fantasma de Jacques Rivette.

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