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De tiempos bobos y sombríos

Un libro desde la época de multas, detenciones, juicios militares y encarcelamientos por una crítica de cine, hasta la proximidad de la llegada de la Transición.

De tiempos bobos y sombríos

Camarero: Ensalada de cangrejo ya no queda.

Orson Welles: Ya no queda ensalada de cangrejo... Ojalá no me lo hubiera dicho, así no sabría lo que no voy a comer.

Peter Biskind:

Mis almuerzos con Orson Welles

He aquí una obra sorprendente, a cuyo borrador y últimas fases de ejecución tuve acceso, cuando iba a denominarse Memoria cultural y política del franquismo y la transición a la democracia en la ciudad de Valencia. (Como subtítulo, esa aclaración subsiste en portada). Y tres cosas destacan en ella.

La primera, que la enorme reseña de datos, que a lo largo de casi dos décadas fundamentales en la evolución de la historia no sólo de València sino de todo el país valenciano, recoge, no es obra de un equipo de estudiosos sino la labor incansable, metódica y continuada a lo largo de cinco años de un solo autor, José Vanaclocha, escritor, licenciado en Derecho, director en su época de mayor influencia de la Cartelera Turia fundada en 1964 y, en mi opinión personal, uno de los críticos de cine más honestos, estudiosos, respetuosos y reflexivos que ha tenido España, primero en la revista citada y posteriormente en una web dedicada exclusivamente a amantes del cine. La recolección de datos culturales y de componente político que el libro recoge representaría, en el inexistente supuesto de que hubiera sido encomendada a un grupo de amanuenses, un coste económico altísimo. Si a eso unimos que la mayoría de los más importantes sucesos descritos van seguidos de comentarios o descripciones que los sitúan y explican, la labor se comprenderá valiosísima.

La segunda realidad destacable es que el libro ha tenido que publicarse como edición privada a costa del propio autor, sin que ninguna institución cultural de un gobierno provisionalmente de izquierdas le haya prestado ayuda, algo muy diferente a gestiones de departamentos de cultura de otros lugares de España de gobiernos similares con obras literarias de memoria histórica que sí han recibido ayudas de edición.

La tercera nota a destacar es que conviene advertir, por si se ha olvidado, que la base de datos que han dado lugar al libro procede de una revista Turia, en inicio camuflada como Cartelera de espectáculos, que con los años traspasó su influencia cultural de izquierdas las fronteras valencianas, mereciendo colaboraciones de autores y artistas fundamentales en la cultura no oficial del franquismo. Es curioso destacar, como pura anécdota sin ninguna intención, que en el mismo día en el que se publica el primer número de la revista la prensa anuncia el inicio de unas Torres Gemelas en Nueva York, y cuando Cartelera Turia comienza a perder influencia, por aumento de costes y la llegada de un gobierno falaz que a media España avergüenza, las Torres son destruidas y España y València entran hasta en guerra y en una fase de desvergüenza y de saqueos del erario público. Es cuando Luis Goytisolo escribe «El ser humano ha conocido tiempos más sombríos; tan bobos, posiblemente no».

Como una cuarta realidad notabilísima quiero informar que el autor es, estoy seguro, el único poseedor de la colección completa de Cartelera Turia, desde los ejemplares iniciales que ya se atrevían a hacer crítica, -en época de concilios ecuménicos, desde una visión analítica de La pasión según San Mateo del homosexual comunista Passolini, a protestas por los destrozos artísticos en las películas, llenos de cortes de obispados, sumados a cortes iniciales de censura y de doblaje o a más recortes de empresarios si la duración de la película les impedían una proyección extra—, hasta la actualidad, habiendo sido Vanaclocha autor, director y gestor en calidad de principal accionista, hasta un error que, en base a supuesta edad de exclusión, le decidió, inocentemente, a retirarse, con el surrealista resultado de que el remedo de lo que fue La Turia ha recibido entonces títulos, ayudas y medallas que deberían corresponder a épocas anteriores. Algo funciona mal en la polis valenciana o existe un despiste atroz.

Cartelera Turia, como medio de expresión de una generación posterior a una guerra decimonónica, con su contenido de protesta o elogio, análisis y combate desde la cultura, la educación y la dialéctica, ha desaparecido y es ahora exactamente, con alguna excepción, una cartelera. Durante años ayudó a educar a universitarios, desafectos al régimen de pensamiento único y lectores que ya no la compraban sólo para ver en qué cine y hora proyectaban por fin Ser o no ser de Lubitsch con 28 años de retraso, sino que buscaban la multitud de textos que anunciaban la llegada de un cambio presentido.

Este libro, Cultura y política en la ciudad de Valencia, es un libro fundamental de historia desde la época de multas, detenciones, juicios militares y encarcelamientos por una crítica de cine, hasta prácticamente la proximidad de la llegada de la transición, y ha de ser un clásico al menos para buscar datos fechados sobre 18 años de la vida cultural cotidiana en la ciudad de València y su influencia como ciudad cultural decisiva en la historia reciente de España.

La cita de Welles que he señalado arriba viene al dedo para explicar la falta de interés por esta obra de los estamentos oficiales y qué titánica labor no han podido o querido ni conocer.

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