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Matrística

Las seis integrantes de Laboria Cuboniks están reunidas por primera vez en un mismo volumen que ahonda en sus temas fundamentales, acerca a sus trabajos recientes.

Matrística

El cristianismo tiene su Patristica (San Agustin, San Jerónimo, San Clemente de Alejandría...), y el marxismo, y por así decir, la suya (Marx, Trostky, Gramsci...); de modo similar, el relativamente reciente movimiento femenista está conformando lo que cabe denominar una Matristica, compuesta por vidas ejemplares de pioneras legendarias, brillantes pensadoras que están configurando una antropologia pluri-matriarcal, o teóricas más heterodoxas que argumentan la urgencia de un biohackeo socializado, etc.

Uno de sus hallazgos más brillantes y resolutivos es el concepto de «violencia de género», que elide, con una admirable sinécdoque, de potente eficiencia persuasiva, «masculino», transfigurado en tácita obviedad.

En esta tarea de edifición conceptual y moral del movimiento feminista se encuentra un colectivo Laboria Cuboniks, formado por Diann Bauer, Patricia Reed, Helen Hester, Amy Ireland, Katrina Burch, Lucca Fraser, cada una de las cuales se ocupa de campos específicos:arte, arquitectura, filosofia, música digital, poesia experimental, teoria poscibernética...

Laboria Cuboniks

Laboria Cuboniks (anagrama de ‘Nicolas Bourbaki’, nombre de un grupo de matemáticos de los años 30 del pasado siglo) surgió en el verano del 2014 cuando estas seis fueron invitadas a unas conferencias sobre racionalismo en la Haus der Kulturen der Welt (Casa de las culturas del mundo) de Berlín. Conversaron sobre el papel de las mujeres en los discursos de las ciencias, el racionalismo, las matemáticas. «Todo comenzó con un meme que intercambiamos entre nosotras durante las dos semanas que estuvimos en Berlin, inventado permutaciones cada vez más absurdas del seudónimo ‘Nicolás Bourbaki’».

En un instructivo prólogo, el profesor Toni Navarro efectúa, entre otras, esta pertinente observación:

«En filosofia suele hablarse, o solian hacerlo mis profesores, del ‘criterio de cien años’: no se puede evaluar ninguna teoría sin la distancia temporal suficiente como para conocer su recepcion y las consecuencias plenas de su despliegue».

«Pero ahora miles de investigadores tienen hoy acceso a repositorios donde pueden consultar artículos publicados en cualquier momento y lugar del mundo y el intercambio y discusión adquieren una velocidad muy distintas a la de los congresos y publicaciones de antaño. Y eso no sólo por hablar del conocimiento académico, amenazado por la aparición de otros espacios ajenos a la universidad (como blogs, think tanks) que le disputan el monopolio sobre la producción de conocimiento legítimado, que recae en gran medida sobre personas que han renegado de la academia o que nunca encontraron hueco en ella».

Los criterios para evaluar la filosofia -y no sólo ella- ya no son los mismos en una era dominada por la interconectividad globalizada dentro de lo que algunos denominan ‘sociedad del conocimiento’, que es, a su vez, una sociedad de consumo que impone la misma exigencia de innovación constante tanto en moda como en pensamiento -de ahi que compartan ambos la nomenclatura de ‘tendencias’.

Algunas tendencias

Laboria Cuboniks muestra heterógenas influencias: los departamentos académicos de Estudios Culturales, el Situacionismo, el populismo izquierdista de Ernesto Laclau, la filosofia de la matemática de Alain Badiou y Fernando Zalamea y, naturalmente, la novicia tradición reivindicativa de los años 60 y 70 del pasado siglo.

A esto hay que añadir algunos textos canónicos dentro del movimiento: «Dialectica del sexo» de Shulamith Firestone, «Manifiesto cyborg» de Donna Haraway, el Ciberfemenismo de los 90 que devino Tecnofeminismo, dentro del cual se incluye la propuesta del Xenofeminismo, así como el Feminismo glitch de Legacy Russel, las teorias performativas de Judith Butler o la doctrina de las incorporaciones prostéticas de Paul B. Preciado, entre otros.

Laboria Cuboniks guarda también relaciones fraternales con filosofias de vanguardia, como el Realismo Especulativo, la Ontologia Orientada a los Objetos, el Aceleracionsimo de Nick Land...

Alineación Benefica

Una de sus operaciones más osadas es la de mutar el concepto convencional de alienación. En lugar de dotarle de connotaciones negativas, hace justo lo contrario: alienación en tanto que libertad para abandonar los opresión de las configuraciones pretéritas e integrar nuevos modelos en el discurrir del estado de las cosas.Esa alienación, ese extrañamiento es lo que les permite a los seres humanos pensar en conceptos que existen fuera de la experiencia común.

La noción de «xeno» – en cuanto lo foráneo, lo extraño- en el xenofeminismo, se extiende a tanto a la interrelaciones humanas como no humanas y tambien a toda clase de comercio epístemológico con lo desconocido.

De ahí, afirmaciones de una autora como Sadie Plant: «ahora todos somos extranjeros, ya no alienados sino aliens (...) exploradores de una posthumanidad obstaculizada».

O este postulado del Manifiesto Cuboniks: «si la naturaleza es injusta, cambiemos la naturaleza. Esto tiene claras implicaciones en el ámbito de la ética animal, pero también de la ecologia y el ambientalismo, que a menudo apelan a lo natural como fundamento esencializado y muestran un temor general a la posibilidad de un planeta queer donde haya cabida para lo mutante, lo extraño, lo alien».

La creatividad lexícógena de este movimiento es sólo otro de los indicios de que está en plena ebullición conceptual, politica y de influencia antropológica.

«Nada de lo humano me es ajeno», locución de una comedia de Terencio y a la vez, conocido lema del humanismo y el marxismo; «Nada de lo ajeno me es ajeno» lo es, al parecer, de un sector creciente del xenofeminismo.

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