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Gioconda Belli: "La falsificación de la palabra tiene un gran impacto"

«La falsificación de la palabra tiene un gran impacto»

Nadie mejor que Gioconda Belli (Managua, 1948) para abrir el ciclo de la Casa dels Poetes en la villa que acogió a Antonio Machado en Rocafort antes de partir al trágico destierro. La escritora nicaragüense padece su segundo exilio, esta vez por culpa del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, antiguos compañeros sandinistas que batallaron con ella para derrocar al sangriento dictador Somoza. Explica que todo el mundo cree que Ortega era el dirigente de aquella revolución, pero «era un dirigente opaco y un tipo sin escrúpulos», como recoge a la perfección su libro de memorias y queda demostrado todos los días. Por si no tuviera bastante, el mes pasado casi matan a su gran amigo Salman Rushdie, otro de los escritores aún perseguidos.

¿Cómo está Salman Rushdie?

Está mejor. Le estoy escribiendo a través de su novia y me dice que ya está usando el teléfono, pero no sé detalles porque no he querido preguntar.

Horas antes del atentado, Rushdie le mandó su última novela ‘Victory City’.

La estoy leyendo, es sobre un personaje que se llama Pampacampa y una diosa le infunde unos poderes, donde el mundo existe porque ella lo piensa y luego mete a todas las personas para que sepan su pasado.

¿Rushdie es el ejemplo de vivir sin miedo?

Yo elegí el exilio porque no quería ir a la cárcel en la Nicaragua de Daniel Ortega y Rosario Murillo, porque lo que han hecho con esos presos es matarles el alma y tenerlos aislados, cuando está prohibido, según las normas de Nelson Mandela, más de 15 días, pero hay algunos que llevan más de 400 días.

¿Qué nos pasó para que todavía se persigan escritores?

Me gusta una cosa que dice Montaigne, que la crueldad en los gobernantes viene del miedo. Rosario Murillo y Daniel Ortega se dieron cuenta de que están rodeados de un pueblo hostil que no los quiere. No quieren perder el poder, pero están aterrados que el pueblo se vuelva contra ellos.

¿Le duele mucho Nicaragua?

Muchísimo, porque además este es mi segundo exilio, después de dedicar mi vida a la esperanza de la revolución desde mi juventud, y de repente ver que tu sueño se hace pedazos. Pienso en todos los amigos que se murieron. Tengo un poema donde digo que se quedaron tan solos porque no los acompañamos ni en su muerte.

Muy duro.

Sí, porque sé que no voy a ver otra revolución. Soy privilegiada de haber visto una.

Sostiene que Ortega y Murillo son peores que el somocismo.

Es triste pero pasa. A pesar de lo trágico, es una comedia porque son personajes irreales, porque viven en una realidad que se han construido. Por ejemplo, Murillo tiene su propia religión porque ha querido sustituir a la Iglesia.

Después de más de cien años del PEN Internacional se sigue persiguiendo escritores y siguen las guerras.

Ha habido toda una época de consumismo, donde el éxito está determinado por el dinero, la competencia feroz y la falta de humanidad. En la mayoría de universidades han quitado las humanidades, la gente no está leyendo y es una generación del desconcierto. También que uno de los polos que representaba, aunque muy mal, una alternativa de justicia social se acabó. Fue una gran desilusión del alma cuando se cae la Unión Soviética.

¿Y Cuba?

Ver a toda la gente que habla de Cuba en las redes me parte el alma, porque te das cuenta de que no están contentos con ese sistema, que se está imponiendo de una forma cruel y represiva. Hay momentos en la historia de gran oscuridad, que se resuelven, porque el ser humano tiene dentro una gran necesidad de belleza y de harmonía, que volverá para salir de esta situación, porque es muy difícil vivir en estos regímenes autoritarios. Aunque ya no se plantea la lucha armada como una posibilidad para salir de estos regímenes, me temo que va a volver.

¿Volverán las luchas armadas?

Mi generación se metió en la lucha armada porque llegamos a un punto imposible de hacerlo de otro modo.

¿La poesía puede tomar el poder?

La poesía puede tomar el corazón. El poder de la palabra es enorme y en cierta manera estamos viviendo una falsificación de la palabra, que ha tenido un impacto grande en la conciencia de la gente.

Pavese dejo escrito que la poesía sale a la luz cuando se busca.

La creatividad se está acercando a la gente a través de las redes, dejando ese elitismo como en Estados Unidos, donde los poetas escriben para otros poetas.

Ya lo habían hecho los cantantes primero, ¿no?

Sí, como el caso de Joan Manuel Serrat o Sabina, que cuando lo hacen tienen un impacto enorme.

Empezó escribiendo poesía, pero ha tocado todos los géneros. ¿Va por épocas o es disciplina?

Lo que se me ocurre en el momento, como cuando sentí que debía decir algo más que en la poesía, ahí me metí en la novela con La mujer habitada. Ahí me enamoré del género porque me dio la oportunidad de dejar suelta la escenografía, porque mi poesía es muy intimista y quería hablar de otras cosas de la mujer, porque la mujer no había contado su propia historia.

¿La mujer que se rebela, se revela?

Cuando me rebelo y me vuelvo sujeto de mi cuerpo, me doy cuenta del escándalo que causa y también me reafirma la necesidad de hablar de la vida de las mujeres desde nuestra perspectiva. Ese estímulo llegó a tanta gente con La mujer habitada.

‘El país de las mujeres’ se publicó hace muchos años. Ahora hay muchas mujeres que gobiernan.

La mayoría son buenas. Cuando la pandemia se vio que las mujeres presidentas gestionaron mucho mejor.

Siempre dice que la que manda en Nicaragua es Rosario Murillo. ¿La excepción?

Llegó por un camino perverso, por eso desconoce la mujer como tal. Ella tiene una mentalidad masculina, es una persona sin empatía y manipuladora. No representa lo que yo reivindico de la mujer.

¿La izquierda dejó de ser erótica?

Va camino de volver a ser erótica. Lo que está pasando en América Latina es interesante. Boric me da mucha esperanza pese a todos los tropiezos que ha tenido, pero trata de hacer algo diferente, y eso es esperanzador.

¿Estados Unidos sigue ejerciendo de vigía de América Latina?

La política exterior de Estados Unidos es nefasta porque siempre prima sus intereses económicos. Es el socio comercial más grande de Nicaragua, ahorita, con esa supuesta izquierda de Daniel Ortega. Por eso no estoy de acuerdo que Estados Unidos sea el culpable de todo.

¿Cómo resuelve su desesperanza en este segundo exilio?

Pensando en la Revolución Francesa. Porque luego vino el Terror, el Imperio de Napoleón, la Restauración...

¿Esa actitud le permite seguir escribiendo?

Estoy escribiendo otra novela, pero también bastante poesía, porque hay cosas que no se pueden decir de otra manera. Pero lo que más me preocupa es Nicaragua y lo que más me hace sufrir. Y por supuesto el mundo, si Putin va a lograr crear más autoritarismo en Europa.

Aunque exiliada, ¿está bien en España?

Estoy bien contenta que me vine para acá. Nunca sentí que los Estados Unidos era mi lugar, y España puede serlo. Porque para un escritor vivir en su idioma es un lujo.

¿Qué asignatura pendiente tiene España con América Latina?

Varias...

... Vamos solo a por las literarias

En los últimos años me he acercado mucho a España a través de sus escritores, aunque la pandemia paró todo un poco. El idioma es el tejido donde estamos todos metidos y ese punto común prima en la relación de España y América Latina. Como me doy cuenta ahora que trabajo en la RAE y ves los millones que hablan español.

¿Qué le hace feliz?

Me lo pregunto a mi misma... Pero estar viva.

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