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El Persa de rama en rama

De rama en rama como el ruiseñor viaja el poema, escribía Juan Ramón Jiménez. José Cardona, El Persa (València 1943-2012) fue un artista absolutamente inclasificable. Excelente dibujante, creador de narraciones singulares, inventor de artefactos imposibles, maestro del recortable… él mismo era una obra de arte.

Cuando el rastro de la ciudad aún estaba en la plaza de Nápoles y Sicilia, algunos domingos El Persa se plantaba allí con dos taburetes y un cartel que decía «Hable con un verdadero amigo por 500 pesetas». Con el manual de instrucciones de la Mascarilla masticadora Bowerbraü, un artilugio para comer más rápido, hizo las delicias de Francisco Umbral y provocó las protestas de algunos médicos. En una edición de Expojove instaló una habitación en la que entraban los niños y miraban con curiosidad a unos ancianos de cartón piedra, sentados junto a la mesa camilla colgando del techo, que estaba pintado como un suelo, mientras ellos andaban por un suelo pintado como un techo. Los niños estaban asombrados, pero más lo estaban sus padres que observaban la escena a través de un monitor de televisión. El Persa había invertido la cámara, de manera que los pasmados progenitores lo que veían era a sus vástagos caminado boca abajo por el techo de una habitación.

En honor al Persa, se celebró el pasado sábado en el Centre del Carme Cultura Contemporània de València el II Congreso Mundial de la Sociedad de Amigos y Difusores de la Pelota Postal Descascarillable (SADPPD). El congreso, en el que participaron más de un centenar de miembros de la sociedad, estaba auspiciado por Mediavaca, la editorial que hace unos años publicó El Persa solo para amigos y El Persa, ese desconocido, una soberbia antología de sus textos que recogía entre otras maravillas la increíble historia de la PPD.

En este congreso se distribuyó una publicación, que recoge las ponencias leídas en el I Congreso de la SADPPD, que tuvo lugar en el jardín Botánico en 2014. Hubo nuevas ponencias, sorteo de libros y de haikus del artista. También un juego que El Persa desarrolló a partir de una elegía de Juan Ramón Jiménez, consistente en traducirla a idiomas sucesivos, para después verterla al castellano y observar la transformación operada en el proceso. En esta ocasión, la obra transmutada era Happy New Year, un poema de Julio Cortazar, que fue traducido del español al árabe, de éste al inglés para ser traspuesto al japonés y luego trasladado al ruso para volver a un español ligeramente diferente al original. El momento cumbre del congreso fue la interpretación del Himno de la PPD, que con letra y música de José Mª Pagés, entonaron con fervor los asistentes.

De rama en rama como el ruiseñor, sigue viajando El Persa.

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