El caminante

No solo Bach

Manuel Muñoz

Manuel Muñoz

A diferencia de otros compositores, Bach «nos ofrece la voz de Dios en forma human». Esa definición pertenece a La música en el castillo del cielo de John Eliot Gardiner. Añade que «ilumina un sendero mostrándonos cómo superar nuestras imperfecciones por medio de las perfecciones de su música». Tras su muerte, la obra de Bach fue muy apreciada por compositores y estudiantes de música, si bien dejó de tocarse habitualmente en público. Felix Mendelssohn dirigió en 1829 una interpretación de la Pasión según San Mateo en Berlín que marcó el inicio de su recuperación. El movimiento romántico rechazó la tendencia de despreciar el arte anterior y cultivó el espíritu de valorar las creaciones pasadas. El interés por la magna obra de Bach, que cuenta con más de un millar de composiciones catalogadas, se incrementó en el siglo XX, y hoy disponemos de un rico tesoro fonográfico de versiones e interpretaciones.

El Festival de Granada, que este verano celebra su 72ª edición, tercera con dirección de Antonio Moral, incluye un ciclo bajo el epígrafe Solo Bach. Entre muy destacados músicos que intervienen en él, como Benjamin Alard, Pierre Hantaï, Masaaki Suzuki o Giovanni Antonini, está el director y organista Ton Koopman. Este gran músico, figura señera del movimiento historicista y destacado especialista en Bach, es uno de los tres artistas residentes de la edición de este año. Los otros dos son el citado Giovanni Antonini, flautista y director de orquesta, y el compositor español Tomás Marco.

Hay muchas otras cosas destacables: desde un concierto de Bob Dylan hasta la presentación del director valenciano Gustavo Gimeno, de brillante carrera internacional, pasando por los pianistas Yuja Wang, Javier Perianes e Igor Levit; los directores Riccardo Chailly, David Afkham y Philippe Herreweghe, y la soprano Angela Gheorghiu. Gimeno interpretará además, con la Filarmónica de Luxemburgo, Aqua Cinerea, una obra del compositor valenciano Francisco Coll, que también está triunfando en las principales salas de concierto del mundo.

La presencia de Koopman tiene un interés singular porque su Bach expresivo y profundo sonará en un recital de órgano junto con obras de otros compositores. Al frente de su Amsterdam Baroque Orchestra ofrecerá dos programas solo de Bach: un día la Suite número 2 y la Ofrenda musical, y otro, junto con su coro y solistas, la Pasión según San Juan. Si la Ofrenda musical es un monumento en la utilización del contrapunto, la Pasión según San Juan, compuesta tres años antes que la escrita sobre el texto de San Mateo, es uno de los referentes de la historia de la música. Sin algunos elementos espectaculares de esta última, como el doble coro, tiene un tono más intimista y está repleta de momentos de riquísima inspiración. Al final de su película Manhattan, Woody Allen citaba el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter de Mozart como una de las cosas por las que merece la pena vivir. Yo incluiría el delicado y sereno Arioso de bajo con acompañamiento de laúd de la Pasión según San Juan de Bach.

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