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Vuelven las recopilaciones de series que han marcado la historia de la historieta

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Patrimonio / Levante-EMV

Álvaro Pons y Noelia Ibarra

¿Se imaginan ustedes llegar a su librería de confianza y no poder comprar El Quijote o Hamlet? Cierto es que, con la multiplicación exponencial de novedades cada vez resulta más difícil para las librerías tener un mínimo estocaje de obras, sin embargo existe todavía un cierto consenso hacia los clásicos más indispensables de la literatura. No obstante, en el mundo del cómic el acceso a los clásicos, no ya de principios del siglo XX, sino a cualquiera de las obras clave de las últimas décadas era poco menos que una utopía.

Afortunadamente, en los últimos años se está viviendo un cambio radical, plasmado en la vuelta a los anaqueles de las librerías de obras fundamentales del noveno arte en formato integral, a través de la recopilación en pocos volúmenes de series que han marcado la historia de la historieta. Por ejemplo, los clásicos de prensa americanos están viviendo un momento dulce gracias a las ediciones de la colección Sin Fronteras de la editorial mallorquina Dolmen, que ha recuperado exquisitamente series como Flash Gordon, Phantom o Príncipe Valiente.

A esta labor debe añadirse la de la editorial Diábolo, que también está apostando por títulos pioneros del cómic de los EE.UU, con dos indispensables publicados en el último mes: Thimble Thetre, la maravillosa obra del humor absurdo de Segar donde aparecería por primera vez Popeye, o Bringing Up Father, de Geo MacManus, emblema del costumbrismo social lleno de mordacidad e ironía. Dos series que influyeron de forma decisiva en el cómic posterior, en el primer caso, en autores españoles como Max o Miguel Gallardo y en el segundo, como influencia esencial para el estilo de Hergé y toda la línea clara europea.

Pero más allá de la prensa yanqui, las editoriales están apostando de forma decidida por la recuperación en gruesos tomos de algunas de las obras fundamentales del cómic mundial.

Por ejemplo, la carismática aportación de Moebius en la mítica revista Metal Hurlant se recopila en Obra Hermética (Reservoir Books), demostrando cómo solo un autor pudo modificar radicalmente la concepción del género; Fulgencio Pimentel reúne en un solo volumen todos los comics-books de una de las series primordiales del cómic independiente americano, el lynchiano Bola Ocho de Daniel Clowes; la editorial Norma comienza la recuperación del Lucky Luke de Goscinny y Morris, magistral parodia del western, la misma editorial que ha apostado por un clásico moderno, el inquietante Blast de Manu Larcenet, mientras que la editorial Planeta ha puesto en el mercado una edición de lujo de Dragon Ball, de Akira Toriyama, posiblemente el manga que consiguió exportar con más eficacia el cómic nipón al resto del mundo. Pero también encontramos obras nacionales: la renacida editorial Bruguera recupera sus recordadas series de los años 70 con ediciones recopilatorias de las Joyas Literarias Juveniles con las que muchos disfrutaron de composiciones esenciales de la literatura, el Jabato Color de Víctor Mora y Darnís en aquella edición coloreada que fue el descubrimiento del personaje para muchos, el hilarante Superlópez, de Jan o el indispensable Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez. La estética de la recordada colección Super Humor se emplea ahora para remasterizar aquellas ediciones y volver a deleitarse con estas perlas del cómic patrio. En este apartado de clásicos propios, no debemos olvidar el cuidado volumen Coll. Trayectoria de un historietista insólito, de Luis Garbayo Erviti (Norma Editorial), que pone en valor el genio del gran dibujante del TBO.

También en esta ola nostálgica debemos aludir a la publicación de volúmenes, quizás olvidados, pero de necesario retorno y reivindicación, como la siempre conmovedora Cuando el viento sopla, de Raymond Briggs (Blackie Books). Una gran forma de animar a nuevos lectores a explorar y saborear el patrimonio de la historieta. 

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