‘El doblec’ de Roussel en un catalán salsero

Adrià Pujol Cruells consigue el más difícil todavía con la traducción de esta obra de poesía compleja

El Doblec

El Doblec

Valèria Gaillard

València

El escritor y traductor Adrià Pujol Cruells nos tiene acostumbrados a traducciones de aquellas del «más difícil todavía», como La désaparition, de Georges Perec –L’eclipsi en catalán–, una obra donde falta una letra del alfabeto, la e en el original francés y la a en la traducción catalana. Ahora nos sorprende de nuevo con otro pulso traductivo, El doblec, de Raymond Roussel, publicado por LaBreu Edicions en edición bilingüe. Estamos ante una obra de poesía compleja –La doublure, en original francés– a base de alejandrinos apareados que Pujol ha «versionado», tal como él mismo advierte en la primera página, puesto que ofrece una lectura propia, más que una traducción literal en prosa que no tendría ningún sentido, pues se perdería uno de los aspectos básicos del texto: el ritmo, la sonoridad y el juego de las rimas. De hecho, Roussel estaba fascinado con el aspecto sonoro del lenguaje que explotaba con su peculiar «procedimiento» basado en las homofonías, es decir, con el hecho de que una misma sucesión de fonemas puede vehicular sentidos distintos como demoiselle en Locus Solus. Este «procedimiento», que no es otra cosa que una contrainte, una coacción, está detrás también del movimiento del Oulipo del cual el mismo Perec formaba parte y que considera el lenguaje como un juego de alcance infinito.

La doublure se publicó el 10 de junio de 1897 y narra la historia de Gaspart Lenoir, un actor fracasado que hace de doble en el teatro, pero también en la existencia como amante de segunda categoría. La obra transcurre en Niza, durante el Carnaval, fiesta que fascinaba al autor francés precisamente por el juego de identidades que lleva implícito. Raymond Roussel (París, 1877-Palermo, 1933), considerado un maestro por los surrealistas y en especial por Salvador Dalí, que le rinde homenaje en su Vida secreta, es sin duda una de las voces más intrigantes de las letras francesas del XIX, personaje peculiar, dandi que, tras estudiar piano, se puso a escribir convencido de que era el genio que el mundo estaba esperando. Escribió La doublure, su primera obra, con solo 19 años pagando la edición de su bolsillo (al igual que las faraónicas puestas en escena de sus piezas de teatro). André Breton decía de él que era un «magnetizador», pero lo decía de manera retrospectiva, puesto que, en vida, Roussel nunca halló el éxito y murió arruinado (tras pulirse una gran fortuna familiar) en Sicilia el año 1933. Suicidio.

Pujol Cruells ofrece una versión rimada muy pertinente en cuanto al tono delirante, ingenioso y genialoide. Unos versos que crujen con un lenguaje sonoro y nutritivo. La estructura semántica se dobla, pero al mismo tiempo respeta el sentido del original gracias a técnicas como la modulación, que el traductor domina. En todo caso, más que ir comparando, hay que leer directamente la versión catalana y dejarse llevar por esta historia que tan bien ha sabido doblar Pujol Cruells. Es cierto que su huella se hace patente en más de un verso, así como un registro descarado alejado del de Roussel. Podríamos decir que ha echado más salsa a la salsa ya de por sí picante de Roussel. Así, el verso «le force à rebaisser rapidement la tête» se convierte en «no té cap més remei que acotar el cap», en un festival de aliteraciones inexistentes en el original. También da un fuetazo al catalán para someterlo a la rima, ya sea con prô, en vez de però, o con un cartaró en lugar de cartró.

En castellano, La doublure salió traducida en 2017 por María Teresa Gallego Urrutia, traductora de Marcel Proust, amigo de Roussel, y publicada bajo el nombre de El doble (Wunderkammer). En catalán, la versión de Pujol Cruells viene a sumarse a una lista de títulos traducidos, empezando por Impressions d’Àfrica (Edicions 62, 1991), traducida por Ramon Lladó y Annie Bats, seguida de su novela más célebre, Locus Solus, traducida por Joaquim Sala-Sanahuja (Lleonard Muntaner, 2012), y Noves impressions d’Àfrica (LaBreu Edicions, 2014) a cargo del escritor y poeta Jordi Vintró y de nuevo en edición bilingüe.

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