En un país en el que la participación pública se reduce muchas veces a un mero trámite, el poder mantiene toda su capacidad para anestesiar a la sociedad y los políticos, con frecuencia, olvidan los compromisos adquiridos con sus votantes, la irrupción de la plataforma «Quiero Corredor» ha supuesto un soplo de aire fresco equiparable al de otros movimientos ciudadanos que están marcando la agenda política del país en los últimos meses. Y lo ha hecho sin salir a la calle, aunque sí tirando de kilómetros y multiplicando su presencia en todo tipo de actos para aunar voluntades desde Algeciras hasta Port Bou.

La iniciativa se venía larvando prácticamente desde que la línea de Alta Velocidad entre València y Madrid fue una realidad en diciembre de 2010 y la Fundación Pro AVE, que antes ya había dejado su sello en la reivindicación de la autovía A-3, se lanzó, bajo el liderazgo del empresario Federico Félix, hacia un nuevo objetivo capital para los intereses valencianos: el corredor mediterráneo.

La estrategia que desembocó finalmente en la plataforma «Quiero Corredor», su presencia en todo el arco mediterráneo y su capacidad de liderazgo actual, es deudora de una fase capital en la que se «armó» la reivindicación, recurriendo al trabajo de los expertos. En paralelo, la Fundación Pro AVE y la propia Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) iniciaron una labor pedagógica dirigida tanto al propio empresariado como al conjunto de la sociedad para hacer visible la importancia del proyecto y la necesidad de plantear una reivindicación sólida, sin fisuras, cuando en 2014 ya se hizo evidente -los retrasos en las obras se acumulaban y no había nuevas licitaciones-, que la supuesta «prioridad» de las obras no era más que unos «jocs florals» permanentes.

La Encina en el origen

Una vez asumido el liderazgo por AVE y establecido un marco de entendimiento con la actual administración valenciana -muy reivindicativa ante el Gobierno central reclamando la infraestructura -, la plataforma «Quiero Corredor» se presentaba formalmente el 15 de diciembre de 2016 en la Encina, una pedanía albaceteña próxima a Villena, que desde 1858 juega un papel clave en la vertebración del transporte ferroviario en España y donde actualmente se concentran también algunas de las obras clave para el corredor.

Es a partir de este acto de 2016 cuando «Quiero Corredor» toma fuerza. Desde entonces, con una cuidada puesta en escena en la que destaca el espectacular vuelo realizado sobre todo el trazado y una activa presencia también en las redes sociales, «Quiero Corredor» sigue vigilante los avances de las obras y ha convocado con éxito actos multitudinarios en Tarragona, Murcia, Almería, València, Madrid, Algeciras, Granada, Málaga y Cartagena, entre otras ciudades, mientras proyecta nuevas acciones en Alicante, Castelló, Reus y Martorell.

Desde su lanzamiento, «Quiero Corredor» no ha parado de sumar voluntades, tanto dentro del propio empresariado del arco mediterráneo, como en las patronales empresariales y asociaciones de gran prestigio como el Instituto de la Empresa Familiar.

La plataforma se ha ganado también el respeto de miles de ciudadanos anónimos -son ya 72.000 los que se han sumado a la iniciativa-, ha logrado junto a medios de comunicación comprometidos como Levante-EMV trasladar a la ciudadanía la importancia del corredor y se ha convertido en un interlocutor de referencia frente al Gobierno y las instituciones haciendo que la reivindicación trascienda el ámbito empresarial para transformarse en un objetivo común a las sociedades del arco mediterráneo.