El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, recogía el premio Levante-EMV Prensa Ibérica que reconoce la trayectoria de 25 años de una empresa que atravesó una gran crisis y que hoy está a punto de cerrar una alianza con la irlandesa CityJet para convertirse en la mayor regional independiente de Europa.

El empresario valenciano, en una breve y emocionada intervención, agradeció el reconocimiento al grupo Prensa Ibérica, y lo extendió a su ámbito más íntimo. En primer lugar, a su familia. «Esto de una compañía aérea es complicado. Es un gran consumidor de tiempo y produce humores cambiantes», bromeó. «Sin el apoyo de una familia que te entiende no es fácil», señaló, con una mención especial a su mujer, que formó parte del grupo inicial que puso en marcha la compañía hace un cuarto de siglo.

Bertomeu también dedicó unas palabras a la familia Serratosa y al grupo Nefinsa: «Sin ellos no habría sido posible», dijo en referencia a los primeros accionistas. Fue Carlos Bertomeu, como ejecutivo del brazo inversor de la familia Serratosa, quien diseñó junto a la saga de industriales la puesta en marcha de la compañía.

Posteriormente, en medio de la grave crisis económica, Bertomeu asumió personalmente una ampliación de capital para salvar la firma. Lo hizo de la mano de sus actuales socios, los fundadores del IVI, José Remohí y Antonio Pellicer: «Me acompañaron en un proyecto difícil de decidir, porque la aviación en España, hace cinco años, era un negocio en el que había que tener entrañas para apostar, y apostaron», alabó.

Bertomeu se despidió agradeciendo a los casi 1.500 profesionales que forman Air Nostrum, «y en los tiempos que corren recalco lo de a cada uno de ellos», apuntó en una mención velada a los pilotos, con los que mantiene un conflicto.