Tras una época, la anterior a crisis de 2008, en la que muchos ayuntamientos construyeron equipamientos deportivos, culturales e incluso polígonos industriales sin una visión comarcal o supramunicipal, Ador es un ejemplo de cómo se puede sacar adelante una infraestructura pública entre varios municipios. En 2009 el PP inauguró una piscina cubierta cuyos gastos de mantenimiento pronto se revelaron prácticamente inasumibles para este municipio de 1.500 habitantes. Pero, en los últimos años, el nuevo Gobierno progresista, en lugar de hacer recortes, optó por buscar a otros ayuntamientos interesados en asumir el mantenimiento, y ofrecer este servicio a sus vecinos.

Así que, llegando a acuerdos y hasta la fecha ya son una decena los municipios de la comarca que se benefician de la piscina de Ador.

En el aspecto político, Ador también ha sido un ejemplo de cooperación entre socialistas y nacionalistas. De hecho, es de los pocos municipios valencianos donde el PSPV-PSOE y Compromís se presentan a las municipales con una coalición preelectoral, una lista conjunta llamada Gent d'Ador, también con independientes, algo que fue clave para revertir más de 30 años de gobiernos del PP. Así concurrieron en 2007, aunque se quedaron a 35 votos de los populares, y ya en 2011 sí que superaron al PP, inaugurando una etapa que llega hasta hoy, primero con Joan Faus como alcalde, y desde el pasado mes de junio con Manela Faus, la primera alcaldesa en la historia del municipio.

En la reciente historia de Ador apenas ha habido polémicas, excepto la de la planta de residuos, que entró en servicio en 1991,con el PP en el Gobierno local. Durante casi 15 años generó protestas en municipios vecinos como Palma de Gandia, Alfauir y Ròtova debido a los malos olores que emanaba, y acabó clausurándose en 2005 por sentencia judicial.

Otro de los logros del municipio fue que la Diputación mejorara un tramo de la carretera hacia Villalonga, que presentaba una alta siniestralidad por la estrechez de la vía y el tráfico de vehículos pesados. Se inauguró en noviembre de 2013, con 450 metros pero con un puente que evitaba unas peligrosas curvas, tras una inversión de 3,2 millones de euros.

Hoy, Ador tiene dos grandes retos: acabar el polígono industrial Raconc y sacar de la población la carretera CV-685, que también atraviesa la vecina Palma de Gandia. «Queremos acelerar estos proyectos», reconoce la alcaldesa, Manela Faus. En el primer caso se trata de un polígono ya urbanizado y donde está instalada una potente empresa de higiene y seguridad alimentaria, pero que todavía tiene carencias en suministro energético y depuración de aguas residuales.

Respecto de la travesía, es una carretera propiedad de la Diputación de València. Existe un proyecto redactado que propone constuir una vía paralela, desde la rotonda de entrada a Palma de Gandia hasta las proximidades del cementerio de Ador, salvando el Barranc de Navesa, y mejorando así la seguridad vial. Los responsables municipales volverán a llamar a la puerta de la institución provincial para que aborde este asunto.

Mientras tanto, la vida sigue en este tranquilo pueblo del interior de la comarca, conocido popularmente como el Balcó de la Safor, donde también reside una colonia de población de origen extranjero.

Ador presume de tener un reloj de sol milenario, un árbol singular -el Lledoner de Merlic, uno de los más longevos de la comarca en su especie- y se hizo famoso en todo el mundo por el «ban de la becadeta», mediante el cual el anterior alcalde, Joan Faus, llamaba a respetar, en verano, el horario de la siesta, prohibiendo generar ruido o actividades molestas.