P ¿Cómo ha evolucionado La Llosa?

R La Llosa fue un pueblo totalmente agrícola en el que no había bastante mano de obra entre los vecinos para afrontar las campañas de la recogida de fruta, como la naranja en invierno y los tomates o melones en verano, y tenían que venir familias de Granada y Jaén a trabajar. Además, el ayuntamiento de aquel tiempo también les dio facilidades con el terreno municipal para que se construyeran sus propias casas. Era un pueblo que vivía totalmente de la agricultura.

P ¿Donde radica el crecimiento?

R Hubo un etapa en la que La Llosa se quedó estancada cuando los pueblos de alrededor apostaron por la construcción de los apartamentos en la playa y el turismo. La Llosa, a pesar de tener 1.200 metros de playa, se protegió y perdió la oportunidad de vivir del turismo. Pero vino otra etapa en la que empezó, de nuevo, el crecimiento con la agricultura pero no se recogió el dinero que se recogía antes y nacieron los problemas en las familias de la localidad que menos tierras tenían. La población se fue a buscar trabajo en otros pueblos como Nules y Onda en fabricas de azulejo y del sector construcción.

P¿Cuándo vuelven los buenos tiempos?

R Todo cambia en 2007, cuando llegamos al gobierno. Apostamos por hacer un polígono industrial y empezamos a hacer políticas de empleo para que la población no descendiera. Hoy en día tenemos 980 habitantes y tenemos muy pocas personas en el paro porque buscamos dar talleres de formación a las personas que se quedan desempleadas y, sobre todo, dar trabajo a la gente que está empadronada. Apostamos, sobre todo, en bajar los impuestos y no tener endeudamiento en el ayuntamiento. Creo que hemos recuperado todo el despoblamiento inicial y llegaremos a los 1.000 habitantes en 2020. Las políticas de empleo, por ejemplo, se centran en un acuerdo con las tres empresa de cítricos del polígono para que contraten a gente del pueblo.