E n estas últimas cuatro décadas, nuestra ciudad ha avanzado más que nunca; sobre todo en esta última etapa gracias al impulso de la participación. Sin duda, la conexión directa entre instituciones y ciudadanía ha enriquecido nuestra democracia de proximidad. Juntos, hemos vivido el nacimiento del municipalismo, que nos ha propulsado hacia el progreso social, a una construcción de objetivos y desde un nuevo sentimiento de pertenencia.

En el caso de Mislata, la democracia fue clave para encauzar los avances en los que hoy trabajamos con más ahínco que nunca. La consecución de la mejora de nuestra movilidad mediante el metro y conexiones con el parque fluvial del Turia, el desarrollo de nuestras zonas verdes en La Canaleta, las instalaciones que ofrecen nuevos servicios como nuestras Salas de Estudio, el Centro Sociocultural La Fábrica o el Centro Cultural Carmen Alborch, las equipaciones deportivas y el proyecto, ya en construcción, de nuestra Residencia de la Tercera Edad con Centro de Día son producto de la política municipal. Porque la política sí sirve para cambiar las cosas.

Mislata hoy es una ciudad muy activa; donde los colectivos son protagonistas, donde las transformaciones nacen de un esfuerzo unísono. Por eso, hemos puesto en valor las políticas de participación y de gobierno abierto para que la ciudadanía sea artífice de las mejoras en nuestros barrios. Programas como La Suma de Todas y Todos, hoy son un referente de diálogo y participación. Iniciativas como el Imagina Mislata y el Recrea Mislata nos han fijado nuevas metas en el horizonte de la mano de los más jóvenes para satisfacer un proyecto común.

Los retos de futuro deben mirar hacia la transformación que aproveche las oportunidades de nuestra ciudad, que la haga más inteligente y sostenible. Además, tendremos que seguir haciendo que la educación, la formación y la cultura sean pilares de vanguardia social. Los proyectos más grandes siempre nacen del flujo de esfuerzos y los gobiernos locales tenemos que velar por cumplir los Objetivos 2030 de la ONU. Será la garantía de oportunidades para nuestros jóvenes, la participación democrática es el motor social para avanzar.

El progreso nos debe permitir seguir promoviendo cambios; vamos a plantear retos que nos permitan innovar. Para ello, volverá a ser necesario contar con el empuje y colaboración de toda la sociedad. El municipalismo será la respuesta que propiciará un mejor futuro a las próximas generaciones, garantizando dignidad, igualdad y justicia social a nuestra ciudad.