Celebramos este año el 40 aniversario de los ayuntamientos democráticos, una fecha que debemos conmemorar con orgullo. Desde 1979, el municipalismo ha sido la escuela de democracia que necesitaba nuestro país después de tantos años de oscuridad impuesta por la dictadura.

La democracia se construye desde abajo y los ayuntamientos, como administración pública más cercana a los ciudadanos y ciudadanas, han jugado un papel protagonista en la construcción del sistema democrático de este país. Los consistorios han sido y son los impulsores de la participación ciudadana, la institución donde se escucha la voz de los vecinos y vecinas.

Los pueblos y ciudades de este país han experimentado gracias a los ayuntamientos un proceso de modernización y una mejora en la calidad de los servicios públicos inimaginables hace cuarenta años. En la actualidad, los ayuntamientos no sólo somos la institución más cercana, también nos encargamos de gestionar el día a día de las personas en cuestiones tan importantes como el cuidado y mantenimiento de calles y jardines, la gestión de los residuos, la regulación de la movilidad, el impulso de ayudas sociales, la promoción del empleo y la economía, la gestión de espacios públicos culturales y deportivos...

Sin embargo, a pesar de la enorme labor realizada, a los ayuntamientos aún nos quedan muchos retos y objetivos por delante. En primer lugar, debemos lograr una mejora de la financiación y una mayor autonomía municipal para afrontar inversiones imprescindibles y continuar los procesos de modernización iniciados.

Los ayuntamientos han sido las instituciones que han cumplido con más rigor todas las obligaciones y compromisos de ajuste del déficit público. De hecho, la inmensa mayoría de los consistorios goza de una salud financiera que hace muy difícil explicar a nuestros ciudadanos que los grandes remanentes de tesorería no pueden ser empleados en acometer mejoras.

Para llevar a cabo esta mejoras, además de una mejora de la financiación, es imprescindible que los ayuntamientos, sobre todo los que carecen de recursos humanos o medios materiales, puedan acceder a fondos europeos. En este sentido, desde la Federación Valenciana de Municipios y Provincias llevamos a cabo diferentes iniciativas para que los municipios más pequeños también puedan contar con recursos de la Unión Europea.

Estas ayudas enlazan, de manera directa, con dos retos enormes a los que debemos hacer frente. Por un lado, para combatir el despoblamiento de muchas zonas de nuestra comunidad en las que es imprescindible realizar inversiones para crear empleo y riqueza, para generar oportunidades que ahora sólo se encuentran en las ciudades más grandes. En este sentido, desde la FVMP apostamos por incrementar la colaboración con el Distrito Digital para acercar las nuevas tecnologías y los procesos de digitalización a todos los rincones de la Comunitat Valenciana.

El segundo reto es hacer efectivo nuestro compromiso con la Agenda 2030 y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por Naciones Unidas, cuyo cumplimiento sólo será posible si se realiza desde los ayuntamientos. Estos objetivos están vinculados directamente a cuestiones gestionadas por los municipios: la sostenibilidad, el tratamiento selectivo de los residuos, la garantía del agua limpia y del saneamiento, las aplicación de ayudas sociales, las políticas de igualdad€

Los ayuntamientos hemos tenido un papel muy importante en estos 40 años de democracia y, sin duda, debemos asumir un papel protagonista en los próximos años para seguir consolidando nuestro sistema democrático y para seguir garantizando la calidad de vida y el futuro de nuestros ciudadanos.