E l presidente de la Generalitat, Ximo Puig, admitió hace dos semanas que «los polígonos industriales deben dejar de ser el patio trasero (de los municipios) y tienen que mejorar ya que hay mucha gente viviendo en ellos y forman parte de la ciudad». La visión del jefe del Consell coincide con la de los responsables de los polígonos que inciden en que a pesar de los avances en los últimos cuarenta años son los grandes olvidados de los ayuntamientos porque «no dan votos».

A pesar de todo, se ha producido una transformación radical en estas cuatro décadas. El principal cambio es el traslado de cientos de fábricas que permanecían en el interior de los núcleos urbanos a áreas empresariales modernas. El mejor ejemplo es Elx. Como punto negativo, los profesionales destacan la excesiva proliferación de polígonos porque cada municipio quería tener el suyo propio y muchos siguen vacíos años después de inaugurarse. El caso de referencia es el polígono de Vallada que ha supuesto una inversión cercana a los 30 millones y que ha llevado al municipio a la ruina.

Diego Romá, gerente de la federación de polígonos valencianos (Fepeval), lamenta que los polígonos «son los grandes olvidados de los ayuntamientos. Son el último barrio de los municipios. Los ayuntamientos no los limpian, no los mantienen y la mayoría carece de banda ancha».

En las últimas cuatro décadas se han desarrollado en la Comunitat Valenciana 740 áreas empresariales. El polígono pionero fue Fuente del Jarro en Paterna. «Nació impulsado por la normativa del Ayuntamiento de València que obligaba a todas las industrias a dejar el término municipal. Cien empresas se instalaron en Fuente del Jarro. Fue diseñado por el Estado», precisa el presidente de Fepeval y de Fuente del Jarro, Santiago Salvador.

Concha Azcoiti, gerente de Fuente del Jarro entre 1978 y 2008, recuerda que la gran transformación llegó en 1982 cuando se constituyeron como una especie de comunidad de propietarios. «Hicimos una derrama y conseguimos tener el parque de bomberos en 1983, después abrimos una estafeta de correos, una clínica, una guardería para los hijos de los trabajadores y logramos que se instalaran una decena de bancos», subraya Azcoita.

Una segunda gran referencia de la modernización de las áreas empresariales es Elx Parc Empresarial, que fue impulsado por el director general de Industria Diego Maciá cuando fue el alcalde ilicitano. «Llevamos 25 años de vida y tenemos 700 empresas con más de 13.500 trabajadores en un área de 2,7 millones de metros cuadrados. Surgió por la necesidad de trasladar las industrias del caso urbano de Elx y se diseñó con avenidas muy grandes que permiten el paso de vehículos de grandes dimensiones. Una de las claves es que se situó junto al aeropuerto y la autovía», destaca Raquel Rosique, gerente de Elx Parc Empresarial.

El polígono Juan Carlos I, que presta servicio a la industria auxiliar de la factoría Ford, es otro ejemplo a seguir. La gerente del polígono, Romina Moya, apunta que es necesario incrementar la contratación de profesionales para dirigir las áreas empresariales.