Las mejoras en infraestructuras durante estos cuarenta años de ayuntamientos democráticos han sido muchas, pero hay dos que han sido vitales para la salud de la población de la Vall como son la construcción de la depuradora de aguas residuales y la planta de ósmosis inversa para el servicio de agua potable, que se veía seriamente afectado por contaminación de nitratos. Los nuevos desagües fueron fundamentales en los barrios periféricos y, la apertura de viales de entrada y salida del recinto urbano, también han sido importantes.

Durante estos cuarenta años, la Vall ha sufrido un hecho traumático a nivel de ocupación con el cierre de las fábricas de zapatos Imepiel (Antigua Segarra) y La Vallense a principio de la década de los años noventa. En enero de 1992, la empresa Imepiel presentó suspensión de pagos y perdieron el trabajo más de 800 operarios.

Asimismo, la construcción de tres polígonos industriales con posterioridad a estos hechos aportó una ligera mejoría en el nivel de ocupación.

Respecto a la educación, en la Vall se han hecho cinco escuelas nuevas y dos institutos, además de mejorar sensiblemente un tercero. También se ha construido un conservatorio, una extensión de la escuela oficial de idiomas y escuela de adultos.

Otro hito importante ha sido la normalización del nombre de la ciudad. Hasta hace treinta y un años se utilizaba el topónimo Vall de Uxó pero, ahora, oficialmente ya somos La Vall d'Uixó. En estos años, el calendario festivo de la Vall d'Uixó ha tenido también cambios sustanciales. Las dos fiestas patronales, san Vicent Ferrer y la Sagrada Familia, se han potenciado con la creación de comisiones organizadoras y, además, se han convertido en Fiestas de Interés Turístico. Hay que añadir también la multitudinaria Semana de las Peñas en fiestas durante el mes de agosto.

En ese sentido, la ciudad ha tenido un importante crecimiento urbanístico y un aumento demográfico; ha pasado de los aproximadamente 24.000 habitantes del comienzo de la década del años setenta a los 31.500 de la actualidad. El tejido asociativo se ha incrementado con las asociaciones de vecinos y fueron piezas clave durante los primeros años de la democracia. Actualmente, a estas agrupaciones hay que añadir la presencia de asociaciones culturales y el Centro de Estudios Vallers.