En la cocina de un buen restaurante nunca pueden faltar ni el amor ni el aceite de oliva, los «ingredientes imprescindibles» que caracterizan los fogones de Marina Restaurante y El Portet. Al frente de ellos, los prestigiosos chefs Juan Carlos Galbis, responsable de arroces del grupo, y Sébastien Gros, Chef Executive del mismo. Un perfecto tándem que comparte no solo su pasión por su oficio, sino también sus elevados estándares de calidad. El interés por la gastronomía les llegó de forma fortuita cuando eran tan solo unos niños y, tras una dilatada trayectoria „su experiencia les ha llevado a participar en establecimientos culinarios catalogados con Estrella Michelín„, pusieron su técnica y conocimientos al servicio de los destacados salones de La Marina de València. Tras dos años defendiendo el proyecto gastronómico no solo de Marina Restaurante y El Portet, sino también de Panorama, ambos coinciden en señalar como «clave del éxito» la importancia de la ilusión. «Hoy en día, en una cocina, lo difícil está en que la gente sea sensible al sentimiento de trabajar con ilusión y, además, hacerlo porque te produce felicidad», apunta Galbis. Al hablar de sus platos estrella, las paellas, es inevitable que se le erice el bello. Y es que, según reivindica este maestro arrocero, «es intolerable que en una cocina se trabaje sin amor y dedicación al producto». Una filosofía compartida también por el chef francés Gros que les llevó a conformar un meritorio binomio que se asienta, entre otros principios, en un «pensamiento romántico de la cocina». Así, han conformado un equipo de cocineros „en temporada alta llega a superar la centena„ siguiendo los mismos procedimientos que ellos aprendieron de sus padres y abuelos, combinando la tradición con las fusiones más vanguardistas. Eso sí, sin perder de vista los aromas, texturas y sabores tan característicos del Mediterráneo. «El equipo es fundamental, tengo gente trabjando que está enamorada de lo que hace y eso se nota enseguida», explica Sébastien Gros, «aquí cuidamos los platos, la decoración y el producto». «En Marina Restaurante y El Portet se trabaja manteniendo siempre la relación de respeto», puntualiza Galbis. Un concepto de «familia» sin el que ambos no entienden el funcionamiento de una cocina. Marina Beach se enmarca en uno de los puntos más espectaculares de la geografía del Cap i Casal. La costa de una ciudad que se abre al Mediterráneo y cuya influencia se refleja no solo en la cultura de barrios pesqueros como El Cabanyal, sino también en la carta de sus restaurantes. De este modo, los cuidados establecimientos del grupo ofrecen a sus comensales una experiencia gastronómica capaz de disfrutarse con los cinco sentidos, pues la identidad de València no solo puede saborearse en sus recetas, sino también ser admirada a través de sus privilegiadas vistas a la playa. Según explica el Chef Executive de Marina Beach, «tenemos los mejores productos del mercado, los seleccionamos y cuidamos con dedicación». Sus pescados frescos llegan diariamente del mercado, sus verduras y hortalizas provienen de la huerta valenciana „como los tomates del Perelló„ y sus arroces se elaboran con caldos caseros en los que destaca su inconfundible sabor. No obstante, como destaca Gros, poseen una «amplitud de productos que nos diferencia del resto de restaurantes de la zona, además de nuestra calidad y la excelencia del servicio». Hace referencia a la amplia variedad de su carta, en la que no faltan los pescados tradicionales de las lonjas valencianas, los arroces secos y melosos, las verduras, la carne de corral e, incluso, los sabores orientales de la mano de Tatami Japanese Food. Un espacio gastronómico que evoca a Japón y donde los platos orientales, como el sushi, se elaboran al momento. «Tenemos un abanico de opciones de comida y de ocio impresionante», admite el chef francés. «Nuestra obligación, ya que el producto es de gran calidad, es elaborarlo y presentarlo correctamente», añade Juan Carlos Galbis. Así, desde los populares «fondos» de sus paellas hasta el punto exacto de cocción de sus carnes o sus referencias de vino valenciano, la cocina de estos dos chefs de Marina Beach es sinónimo de «calidad, amor y dedicación».