A unque menos visibles, también han sido primera línea de esta batalla contra la covid. Jaime Giner, presidente Ilustre Colegio de Farmacéuticos de València, recogió el premio que «pone en valor la lucha del colectivo». «Todos somos imprescindibles, tenemos nuestro papel y aportamos nuestro granito de arena para mejorar la sociedad», arrancó. Por eso, el reconocimiento es para «todos» los farmacéuticos: los que están en hospital, los de salud pública, de atención primaria, de farmacia comunitaria... Por supuesto, hubo un recuerdo a «quienes ya no están». Una veintena de profesionales murieron en pandemia, entre ellos un técnico en València. Giner agradeció «el apoyo ciudadano con los aplausos diarios», algo que «daba mucho ánimo» en tiempos oscuros. Y criticó que «nos hubiera gustado más respaldo de la Administración, no hemos tenido el suficiente». En ese sentido, apuntó que la crisis ha revelado «la necesidad de un sistema fuerte de cara a futuro» y destacó la capacidad de «adaptación y reconversión» de la farmacia comunitaria con la «receta electrónica» o la atención domiciliaria en el reparto de medicamentos. «Nos gustaría que se tenga en cuenta para el futuro», rogó, porque «todos juntos podemos y debemos aportar mucho». Por eso, en nombre del colectivo pidió «ser integrados en el sistema público al que pertenecemos, aunque algunos no quieran».