De la perrita Marjorie a nuevas investigaciones con València como referente

El Centro de Investigación Príncipe Felipe está a la cabeza en nuevas estrategias contra la enfermedad

Cuando Banting y Best le extirparon el páncreas a la perrita Marjorie y la mantuvieron viva gracias, por primera vez en la historia, a la insulina, Macleod no se lo creyó. De hecho, convencido de que Banting y Best no podían haber hecho tal descubrimiento médico, decidió que se sacrificase a la perra para comprobarlo. El cadáver de Marjorie, por supuesto, no tenía páncreas.

Un siglo más tarde, la investigación relativa a la diabetes ha avanzado muchísimo y ha dejado de ser algo increíble para convertirse en un campo cotidiano pero en el que todavía hay mucho por aprender. Precisamente en eso avanza el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de València, que acaba de firmar un convenio de colaboración para estudiar nuevas estrategias que mejoren los efectos metabólicos asociados con la obesidad. Se trata de una de las líneas de investigación con las que el CIPF pretende situarse a la cabeza de la investigación básica del área en España.

A cargo de esa unidad mixta están la presidenta del CIPF, Deborah Burks, y el endocrino valenciano Antonio Vidal-Puig, quien se desempeña en el Instituto de Ciencia Metabólica de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. Vidal-Puig retorna a València después de muchos años en el extranjero y busca, según cuenta, «encontrar las causas por las cuales ser obesos lleva a los pacientes a ser diabéticos». «La insulina es un tratamiento, no una cura: hay que avanzar en la parte de la investigación para que la enfermedad desaparezca», desgrana Vidal-Puig.

El planteamiento actual está claro. «Si tú entiendes los mecanismos que hacen que el paciente obeso y diabético tenga complicaciones, puedes intentar prevenir que el riñón, el hígado y el corazón tengan esas complicaciones», desarrolla. Este especialista es crítico con la sociedad alrededor de estas enfermedades. «El problema de la obesidad y la diabetes sigue estando ahí a pesar de todos los esfuerzos relacionados con políticas sociales», dice, al tiempo que puntualiza que el factor determinante para que una persona obesa tenga diabetes son sus genes. «Vivimos en un ambiente obesogénico. Cuando vas al supermercado, antes de llegar a la caja lo que te encuentras son todos los chocolates. Si coges ese ambiente y pones a gente que tiene predisposición genética...», dice Vidal-Puig, que deja en el aire la frase, aunque con previsible final.

Prohibición de anuncios

Desde la Asociación Valenciana de Diabetes reclaman una mejor «educación en diabetes», con información en las escuelas y a los padres para prevenir tanto la diabetes tipo 1 como la obesidad que, junto con una predisposición genética, podría llevar a una futura diabetes tipo 2. En ese sentido, María Deltoro se muestra a favor de la propuesta gubernamental de prohibir anuncios de productos no saludables en televisión, pero lamenta que las autoridades «se quedan muy cortas».

Deltoro considera que «los lobbies de la alimentación» son «muy poderosos» en ese aspecto, y señala al polémico Nutriscore. Además, dice que «no es fácil alimentar bien a un hijo cuando los recursos son escasos». Y, por último, lamenta que las personas con diabetes no hayan estado priorizadas en la vacunación frente a la covid-19, cuando su nivel de riesgo era comparable al de colectivos que sí lo estuvieron.

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